Mariana.
Tras las palabras de Peter, cruzo mis brazos sobre mi pecho para
prevenir que siga mirando. —Eres desagradable —susurro, esperando que nadie más
haya escuchado su comentario de mal gusto.
—Gracias —responde él.
Me meto bajo mis cobijas, negándome a mirar en dirección a Peter.
—Por mi puedes desangrarte.
—¿Quieres tu toalla de regreso? —pregunta él, con su actitud
engreída a toda máquina. ¿Por qué hace eso? Durante
un minuto me siento como si estuviera siendo de nuevo su verdadero yo, el Peter
que una vez conocí, y al siguiente está actuando como el chico que quiere que
todos crean que es.
—No.
—Ustedes dos, ¿podrían dejar de coquetear? —interrumpe Trish—. O
bien admitan que se gustan o se van a la cama. O las dos.
—El no me gusta —declaro yo.
—Pero solía hacerlo —escucho murmurar suavemente a Peter desde su
cama al lado mío.
—Historia antigua. ¿Acaso no te dije que ya lo superé? —susurro en
respuesta.
—Duérmete ya, Mariana —dice bruscamente Peter—. Te estás volviendo
repetitiva.
Le doy la espalda. ¿Y qué pasa si sigo insistiendo en que lo nuestro se acabo? Es la
verdad. Si soy completamente honesta,
supongo que una parte de mi aún desea que las cosas volvieran a ser como fueron
cuando estuvimos juntos. Pero ahora sé que él es
la última persona que necesito en mi vida y es bastante obvio que Peter
y yo estamos de acuerdo en ese tema. El ha estado tratando de alejarme diciendo
cosas hirientes, y está haciendo un gran trabajo.
Cuando mi cuerpo finalmente se relaja y siento que me estoy
quedando dormida, Trish comienza a roncar de nuevo. Miro a Peter. Él yace sobre
su espalda, envuelto en una sábana desgastada, con sus brazos doblados debajo
de su cabeza. Obviamente no está dormido. Como si sintiera mi mirada sobre él,
se gira hacia mí. Los camarotes no están muy lejos el uno del otro, y si
estirara mi mano podría tocar su hombro desnudo. Él suspira suavemente y sacude
su cabeza, entonces mira hacia el otro lado. Yo me giro y me enfoco en los
sonidos que hace el colchón que está sobre mí, preguntándome como llegue hasta
aquí. Cuando recibí la llamada de mi terapeuta físico preguntando si quería
hacer parte de este programa, realmente sentí que era mi oportunidad de cerrar
este capítulo de mi vida. Pensé que si podía compartir mi experiencia con
otros, en lugar de mantener todos mis sentimientos acumulados dentro de mí,
podría hacer el accidente parte de mi pasado y ser capaz de mirar hacia el
futuro.
Desearía que Peter se sintiera de la misma forma y pudiera dejar
el feo pasado atrás. Para ser honesta no creo que él pueda llegar a superarlo
hasta que admita la verdad.
La verdad.
Él no tiene ni idea de que yo sé que no fue él quien me atropello
con aquel auto. He estado ansiosa por decirle que se la verdad.
Pero no puedo. Obviamente, él sigue manteniendo el engaño por una
razón.
Me obligo a quedarme dormida y a olvidarme de que Peter está al
lado mío.
En la mañana, cuando estoy regresando del baño, por el camino de
gravilla que conduce a nuestra cabaña, encuentro a Lenny durmiendo
profundamente sobre un pasto. Él está roncando tan fuerte que el sonido hace
eco por todo el campamento. Suprimo una risa. Él definitivamente podría
competir con Trish con sus ronquidos.
Damon está esperando adentro de la cabaña. —¿Podría alguien
decirme porque está Lenny durmiendo afuera en lugar de aquí adentro? —exige el.
—¿Por qué quería dormir con sus familiares? —dice Trish,
encogiéndose de hombros.
Damon no parece muy feliz. —No es gracioso. Su cara ya parece un
tomate gracias al sol de la mañana brillando directamente sobre él y tiene una tonelada
de picaduras de mosquitos. Alguien vaya a despertarlo. Ahora.
—Yo me encargo —dice Peter.
—Yo voy contigo —ofrece Matt y los dos chicos dejan la cabaña.
Cuando los tres chicos regresan a la cabaña unos minutos después,
le doy una buena mirada a Lenny y mi boca cae abierta. No me había dado cuenta
cuando pase a su lado esta mañana. Damon tiene razón. Lac ara de Lenny está
roja y totalmente quemada por el sol. Las picaduras de mosquito están regadas
por todo su cuerpo y cara.
Lenny señala a cada uno de nosotros, y dice, con un tono de
advertencia: —No. Digan. Nada.
—¿Qué demonios te paso a ti? —pregunta Damon cuando ve la sangre,
ahora coagulada en la mano de Peter. Damon está totalmente confundido.
—Una de las camas casi se cae anoche —interrumpe Erin—. Peter la
pudo detener antes de que cayera sobre Mariana y sobre mí.
Creo que el resto de nosotros estamos sorprendidos al escuchar
hablar a Erin. Ella ha estado siempre tan callada.
—Lenny empujó la cama —dice Trish—. A propósito.
Lenny mira con desprecio a Trish. —¿Sabes lo que le pasa a los
soplones en la cárcel?
—Lenny, no pienso tolerar ninguna amenaza, así que déjala
tranquila. Acompáñame a la enfermería. Peter, tu también. Quiero que te revisen
la mano. El resto de ustedes, carguen todo en la van y vayan a desayunar. El
comedor es el edificio grande al lado de la oficina principal.
Cuando todos estamos listos, Damon, Lenny y Peter se dirigen a la
enfermería mientras el resto de nosotros seguimos instrucciones. El salón
comedor es un edificio enorme con filas de mesas de picnic. Al final del salón,
los adolescentes hacen fila con bandejas en sus manos para escoger su comida.
—Así que, ¿Cuál es la verdadera historia contigo y Peter? —me
pregunta Matt cuando nos unimos a la fila.
Me pregunto qué tanto
debería revelar. —Es algo súper complicado.
Tomo un cartón de lechey miro a Matt. —¿Necesitas que te ayude?
—le pregunto cuándo levanta una bandeja y la acomoda sobre su brazo.
—Estoy bien —dice él.
Realmente admiro a Matt por eso.
Lo observo llevar firmemente su bandeja con su brazo funcional,
mientras escogemos nuestros desayunos y nos dirigimos a una de las mesas para
comer.
—Bonita forma de evitar la pregunta sobre Peter, Mariana.
—No la estoy evitando —le digo.
Él levanta una ceja, obviamente poco convencido.
Trish y Erin se sientan frente a nosotros. ¿Qué debería decir? ¿Qué
tanto debería contarle a Matt? Este
viaje supuestamente se trata de no contener nada y dejarlo salir todo. Peter no
ha sido honesto conmigo ni con nadie más… y siento que eso se lo está comiendo
por dentro. No pienso dejar que eso me pase a mí.
Me giro hacia Matt. —Peter y yo tuvimos una relación después de
que el salió de la cárcel de menores.
—Wow.
Observo la expresión de Matt cambiar de la sorpresa a la curiosidad.
El accidente y las consecuencias de este me unieron a Peter para siempre, nos
guste o no. Pero Matt no conoce la historia completa. Ni siquiera Damon, el
mismo que se supone sabe todo a cerca de cada uno de los participantes de este
programa, conoce la historia completa.
—¿Por qué estuvo en la cárcel? —pregunta Matt.
—Uhm… —me tomo un segundo para pensar que responder, como ponerlo
en palabras.
—Díselo Mariana —dice Peter, metiendo su cabeza entre nosotros—.
Cuéntaselo todo.
Antes de que pueda siquiera responder, Peter explota: —Fue por
atropellar a Mariana mientras conducía borracho.
La boca de Matt está abierta por la sorpresa. —Santa mierda. ¿De
verdad?
—De verdad. ¿Cierto Mariana? —Peter me lanza una mirada sombría,
como si lo hubiera traicionado.
—¿Por qué no se lo contamos a todos en este lugar?
No.
—Vamos Mariana. Se aventurera.
—No estás hablando en serio —digo yo.
Él aclara su garganta. —Obsérvame.
QUE LES GUSTE ESTE CAP NOS LEEREMOS MAÑANA BESOOO
NOOOOOOOOOOOOOO ME PODES DEJAR ASI PUPYYYYYYYY ES RE FEO QUE ME DEJES ASI QUIERO MAS NOVELA QUIERO LALITER A FULLL MAS NOVELLLLLLLLLLLLLLLLLLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
ResponderEliminarAMO AMO TU NOVE!! POSTA TIENE TODO LO QE ME GUSTA DE UNA HISTORIA DE VERDAD BUENA YA EMPEZE MI CAMPAÑA DEJANDO COMENTARIOS EN LOS DEMAS BLOGS DE NOVES QUE LEO JAAA PARA QUE LEAN TU NOVE TE MERECES QUE TODOS LEAN ESTA HISTORIA QUE DE VERDAD ES BUENISIMA!!! steffy nm
ResponderEliminarmuchas gracias steffy y bienvenida :)
EliminarAqui es donde mariana deberia explotar y contar que ella sabe la verdad!
ResponderEliminarme gusta me gusta pobre mariana ese peter se zarpa de canalla lo empiezo a odiar que pase algo lindo sino ...
ResponderEliminarPeter se merece k Mariana explote, y le diga k sabe toda la verdad de lo k pasó el día del accidente.
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