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lunes, 9 de abril de 2012

novela:un amor inolvidable capitulo 1 primera parte


MARIANA recibió la carta en Nueva York, donde trabajaba desde hacía seis meses, diseñando ropa para uno dé los modistos más importantes de la ciudad.
Mientras entraba en el apartamento que le había dejado una compañera norteamericana, Mariana pensó, con ironía, que su fal­ta de tiempo era una consecuencia de haber llegado a la cima de su carrera. Tenía veinte años cuando empezó a trabajar como modelo y, entonces, se prometió que sólo estaría en esa profe­sión cuatro años. Ahora había cumplido veintisiete años y esta­ba considerada como una de las mejores modelos del mundo.
La modelo se inclinó para recoger la correspondencia que se le había caído al suelo. Sus necesidades no eran demasiado ca­ras, pero la larga enfermedad de su tía había resultado sumamente costosa. Habían transcurrido dos meses desde su muerte y aun­que ahora no le era necesario ganar grandes sumas de dinero para pagar el hospital, necesitaba ahorrar, pues sabía que, como mu­cho, podría trabajar dos o tres años más como modelo. Pero, ¿qué iba a hacer el resto de su vida? Siete años antes, creía cono­cer su futuro. Se casaría con Peter, tendría hijos... Pero la reali­dad era muy diferente a sus ilusiones de adolescente.
Nueva York era demasiado caluroso en verano, pensó Mariana mientras se dirigía al cuarto de baño para tomar una ducha. Po­der vivir en el apartamento de Kelly Reading, había sido una suer­te, ya que estaba cansada de ir de hotel en hotel. Era absurdo
que ella, que siempre había amado la vida hogareña, viviera sola y tuviera un trabajo que la obligaba a estar siempre viajando. Mientras que su prima Natalie, que siempre había deseado via­jar sin ataduras por todo el mundo, era la que se había casado y la que tenía una familia.
Frunció el ceño y se quitó el vestido de seda, sin prestar aten­ción a las familiares curvas de su cuerpo. Durante los años que llevaba trabajando como modelo, siempre había rechazado po­sar desnuda, lo que provocó el enfado de su primer agente. Ahora las cosas eran diferentes, ya que era una de las mejores mode­los del mundo y podía escoger su trabajo. Además, Hedi, su agente, tenía instrucciones precisas de lo que ella aceptaría o no.
Antes de entrar en la ducha se recogió el cabello. Lo tenía largo y su color rubio recordaba a la miel. Se duchó con rapidez. Después, envuelta en una toalla comenzó a quitarse el maquilla­je. Cuando lo había usado durante varias horas, ansiaba quitár­selo. ¡Una modelo que odia el maquillaje! Se rió y comenzó a quitarse la pintura de los párpados. Sus ojos eran color verde mar. Mariana era bella sobre todo por la estructura de su cuerpo y por sus ojos.
Su apariencia siempre fue motivo de disputa entre ella y Na­talie, cuando eran pequeñas.
Mariana se quedó huérfana a los cinco años y fue educada por sus tíos, junto a su única hija, Natalie, que era dos años menor que ella. Natalie era diminuta y delicada, y no aceptó tener que compartir con su prima el cariño de sus padres y amigos. Por eso siempre la trató con crueldad. Mariana sufrió mucho durante aquellos años. Solía encerrarse en su habitación para llorar en silencio. Natalie solía repetirle: «Si no hubieras venido aquí, ha­brías tenido que ir a un orfelinato». Esta era una de las frases favoritas de su prima, y a menudo añadía: «... y si no me agra­das, mis padres te meterán en uno».
Aquella amenaza hizo que Mariana cediera muchas veces a su chantaje con el que la obligaba a permanecer siempre en silencio y a darle todo su dinero.
Mariana suspiró. Ahora comprendía que Nat sólo se había sen­tido insegura. Desde el principio hubo una unión entre tía y so­brina, que jamás existió entre madre e hija. Natalie, con la per­cepción que poseen la mayoría de los niños, notó la inclinación de su madre hacia Mariana, y siempre culpó a su prima de esto.
Por otra parte, Nat siempre fue la favorita de su padre. El tío Robert adoraba a su pequeña hija de cabello oscuro, «mi pe­queña hada traviesa», solía llamarla. Su muerte en un accidente de coche, cuando Nat tenía catorce años, la afectó muchísimo. Mariana nunca compartió el profundo sentimiento de Nat hacia ella y, cuando creció, adoptó una actitud protectora hacia su prima. Sabía que necesitaba aumentar su seguridad en sí misma.
Desde muy pequeña, Nat había oído decir a su padre que ella era la más bonita de las dos, que sus rizos oscuros y su cuerpo, poseían una delicadeza que Mariana no tenía. Pero cuando llega­ron a la adolescencia y Mariana comenzó a convertirse en una her­mosa mujer, Nat se resintió con amargura.
—Los chicos odian a las muchachas altas —le decía Nat mu­chas veces.
De pronto, Mariana recordó su época de estudiante y el día que estuvo en el despacho de la directora del colegio, porque Nat ha­bía dicho que ella se teñía el pelo, lo cual estaba castigado. Era tan evidente que su prima había mentido que la presionaron para que explicara la razón por la que Nat intentaba ocasionarle pro­blemas. De inmediato Mariana salió en defensa de Nat. Aún podía recordar las palabras de la directora:
—Mariana, querida —le dijo con firmeza—, tu deseo de prote­ger a Natalie es muy natural. Pero la ayudarás más si dejas que ella se responsabilice de sus acciones. Esa es la única manera de aprender a no cometer las equivocaciones.
¿Habría sido diferente su vida de haber seguido ese consejo? Sonrió y sacó ropa interior de un cajón. No podía culpar sólo
a Natalie por la destrucción de sus brillantes... y tontos sueños.
Media hora después, Mariana se preparó un zumo y se sentó a leer la correspondencia. En seguida vio el nombre de los aboga­dos que se habían encargado del testamento de su tía.
Se había habituado a recibir correspondencia de Messrs Smith & Turner, durante las semanas que siguieron a la muerte de su tía.
Después de casarse y sin ningún remordimiento, según Mariana, Nat no quiso volver a ver a su madre.
—Siempre te quiso más —le dijo a Mariana—. No quiero vol­ver a verla.
Dos años después, su tía se puso muy enferma. Los médicos sugirieron a Mariana que internara a su tía en un hospital privado donde recibiría los cuidados necesarios.
Mariana escribió a Natalie, creyendo que querría hacer las paces con su madre en vista de su precaria salud, pero Natalie ni siquiera contestó a su carta. Para cubrir los gastos del hospital, aceptó todos los trabajos que le ofrecieron. Por eso, durante los últimos cuatro años, no había tenido tiempo de descansar.
Ahora todo había terminado y Mariana supuso que la carta de Smith & Turner le informaría de los últimos detalles del testamento de su tía.
No le sorprendió a Mariana enterarse de que su tía le había dejado la casa. La compró después de la muerte del tío Robert, con el dinero que consiguió al vender la antigua casa, que era grande y lujosa. Mariana siempre adoró la nueva casa, pero Nat la odiaba. Nunca perdonó a su madre que hubiera vendido la antigua casa y siempre se quejaba de que su nivel de vida había bajado. Mariana siempre encontraba disculpas para justificar el comportamiento egoísta de su prima. Aunque había un pecado que nunca podría perdonarle...
Abrió el sobre y sacó las hojas de papel.
Su corazón dio un vuelco al leer el primer renglón. Creyó ha­berse equivocado y volvió a leer: «... siento informarle de la muer­te de su prima, Natalie James nacida en Bolton y de que...»

Sin leer nada más, Mariana levantó los ojos del papel. ¡Natalie muerta! No podía creerlo.
Sólo tenía veinticuatro años. ¿Qué había sucedido?
Miró la fecha de la carta y sintió un dolor en el corazón. ¡Na­talie estaba muerta desde hacía un mes y medio! Un mes y me­dio durante el cual ella había viajado de Nassau a Río, después a Cannes y, por último, a Nueva York.
Mariana dejó caer la carta en el suelo. Sentía náuseas y una ho­rrible culpa. ¿Cuántas veces, durante los últimos seis años, ha­bía deseado que Natalie no existiera? ¿Cuántas veces había reza­do pidiendo, que, al despertar, descubriera que todo había sido una pesadilla? Sólo ahora podía admitir la frecuencia de tales pensamientos, que solían aparecer cada vez que tenía que decirle a un hombre que ser modelo no significaba estar dispuesta a acos­tarse con cualquiera. Mariana nunca deseó su vida actual. Ser mo­delo fue algo que tuvo que imponerse, un medio de salvar su or­gullo y su dignidad. Y también un medio de... ¿de qué? ¿De escapar de su tristeza?
No, no por completo. En el fondo, Mariana creía que, al irse, de alguna manera le estaba dando algo al niño de Natalie que aún no había nacido... al hijo de Peter. Aquel niño que debió haber sido suyo.
Poco después sonó el teléfono. Y al oír el acento neoyorqui­no de Benjamin, Mariana alejó de su mente los recuerdos.
—Benjamin, todavía no estoy lista —se disculpó. Había perdi­do el poco interés que tenía de salir con el impetuoso neoyorqui­no, que había conocido hacía tres semanas. Alto, rubio, bien pa­recido, conocedor de su atractivo,  Benjamin  la había buscado desde el día en que llegó a Nueva York. Mariana tenía la certeza de que él estaba convencido de que al final lograría atraparla. Sin em­bargo, ella tenía otras ideas. A pesar de que  Benjamin  era encanta­dor, no podía llegar a su alma. Ningún hombre la había tocado, desde Peter.
Diez minutos después, estaba en el vestíbulo con  Benjamin . La imagen serena que había adquirido con el paso de los años, ocultaba su angustia interior.
Iban a cenar con un socio de los negocios de  Benjamin , quien quería exhibirla, como un niño lo haría con un juguete nuevo. Era la actitud a la que ella ya se había acostumbrado.



espero que les guste nos leeremos mañana @pupy_angelita

9 comentarios:

  1. Waaw me encanta como escribis Pupy! Que vida la de Lali, siempre protegio a la mina la que le saco a Peter y ensima tubo un hijo...no me gusta nada benjamin¬¬ por lo menos a Lali no el interesa!
    Ahora soy yo la que te dice MAAAAASS! JAJAJAJA
    Beso, Anto

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  2. me encantoooo masssssssssssss

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  3. soy mikkitaa loa que escribio "me encanto massssssssssss"

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  4. +++++++++++++++++++++++++++++++++NOVE!!!

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  5. Estupenda historia,tendremos reencuentro.¿Quien d los dos viajara?.MAS NOVELA .

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  6. ay me encantò el capitulo,quiero ver como continua la historia
    maaaaaaaas
    besos

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  7. massssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss

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  8. noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

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  9. quien es el autor del libro???

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