traductor

English plantillas curriculums vitae French cartas de amistad German documental Spain cartas de presentación Italian xo Dutch películas un link Russian templates google Portuguese foro de coches Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

miércoles, 8 de agosto de 2012

novela: regreso al paraiso capitulo 12



Mariana.
La chica con la camiseta apenas agarrada en frente está esperando por una respuesta. Obviamente no cree que una chica que luce como yo, podría estar saliendo con un chico que luce como Peter. Mis entrañas se aprietan por el disgusto. Peter no es mi novio y técnicamente nunca lo fue, pero todavía me duele verlo aquí de pie en el pasillo, con su camisa y sus pantalones desabrochados, obviamente dispuesto a seguir adelante con esta chica.
No espero a que él le diga que la última persona en la Tierra a la que llamaría novia sería a mí. Si duele o no, le prometí a Eugenia que cuidaría de Peter. Ella siente que está en problemas. Los sentidos de Eugenia estaban en lo correcto. Me salté la película de esta noche después de la cena de grupo porque estaba cansada y mi pierna empezaba a dolerme. Poco sabía que me iba a encontrar a Peter aquí, así, con otra chica.
Mirarlos juntos es como una bofetada en la cara. La chica con la que él obviamente ha pasado esta noche es muy bonita. Tiene grandes ojos marrones, cabello rubio perfecto, y una cintura tan pequeña que es una maravilla que todos sus órganos internos puedan caber dentro de su cuerpo. Tal vez todos están metidos justo en sus enormes senos.
—No, no estoy bromeando —le digo, encontrando mi voz de nuevo—. Peter, vuelve a nuestra suite. Él parece confundido.
—Tu camisa está todavía en mi habitación —dice la chica con una gran sonrisa. Probablemente ella espera que él me eche, y probablemente esté en lo cierto.
Para mi sorpresa, él desliza una mano sobre mi hombro. Huele a cerveza.
—Me tengo que ir con ella —puedo detectar un leve arrastre en su discurso, lo que confirma que no está completamente sobrio. La chica vuelve a entrar en su habitación, pero aparece un segundo después. Azota la camisa contra él.
—Eres un perdedor —dice, y luego me mira—. Puedes quedártelo —cuando cierra la puerta, solo estamos Peter y yo en el pasillo. Me encojo de hombros fuera de su abrazo. No se ha puesto la camisa de nuevo y la cremallera está aún desajustada.
—¿Vienes? —pregunto con impaciencia. Me sorprendo cuando me sigue de vuelta a nuestra suite. Abro la puerta.
—Necesito ayuda —Peter medio articula mientras cruza su brazo sobre mis hombros otra vez. Puedo sentir el calor de su piel desnuda a través de mi ropa. En el pasado habría hecho cualquier cosa porque Peter pusiera su brazo a mí alrededor. Pero no ahora.
—Tienes aliento a cerveza —le digo, empujándolo lejos de mí—. Y si quieres ayuda para cerrar tu bragueta, le has preguntado a la chica equivocada. Entra en la habitación detrás de mí y se desploma en el sofá.
—¿Así que eres la chica equivocada para mí, pero la chica adecuada para Matt? — pregunta.
—Cállate, Peter. Matt es sólo un amigo.
—No lo creo. Creo que estás emocionada con él.
—Mis relaciones no son de tu incumbencia. Y solo porque hable con un chico no quiere decir que me he emocionado por él.
—Bien. Ya lo sabía —mira a su alrededor, confundido—. Espera, ¿dónde está el resto de nuestro pequeño grupo disfuncional?
—En una película.
—¿Por qué no estás con ellos? —como una señal, un dolor agudo comienza en mi tobillo y se dispara hasta mi pantorrilla. Soltaría un suspiro, pero no quiero que Peter sienta lástima por mí—. Tengo que descansar mi pierna. Da palmaditas en el colchón junto a él.
—Quítale peso y siéntate a mi lado. El cabello de Peter sobresale en todas las diferentes direcciones y la maldita cremallera aún está abierta como un recordatorio de lo que estaba haciendo esta noche con esa chica. El problema es que él todavía luce bien. Mi labio superior se frunce, pensando en él y la otra chica.
—No.
—Vamos, solo por un asegundo —sus ojos están a media asta y está tratando de actuar vulnerable e inocente pero sé más que eso.
—Probablemente deberías ir a la cama antes de que Damon te atrape borracho o drogado o lo quesea que ingeriste esta noche —le digo.
—Siéntate conmigo por un minuto, entonces voy a desaparecer en mi habitación y no tendrás que verme por el resto de la noche. Te lo prometo —revolotea sus manos sobre su bragueta y finalmente la cierra y abotona sus pantalones, luego inclina su cabeza contra la parte posterior del sofá.
—Y para que lo sepas, no me drogué. Podría hacerlo, pero no lo hice. No quiero terminar como mi mamá —murmura. Esa es la primera vez que lo he oído hablar de su familia desde que comenzó este viaje. Oigo una tristeza clara en su voz cuando menciona a su mamá, lo que lo hace parecer aún más vulnerable. Estoy justo en frente de él, decidida a ser la racional.
—Estabas bebiendo esta noche. No lo niegues. Sus labios se curvan en una pequeña sonrisa.
—Sí, bebí. Sienta bien no tener que pensar en… todo.
Vacilo. Estar cerca de Peter no es una buena idea. —Debo informar a Damon.
—Sí, deberías hacerlo.
Suspiro. —Pero no lo haré.
—¿Por qué no, Mariana? ¿Podría ser que en el fondo de ese helado corazón que tienes todavía te guste? —extiende la mano y tira de mí hacia él. Al no estar muy estable, me tropiezo hacia adelante, pero él acuna mi cuerpo con su brazo y suavemente me baja hasta el sofá hasta que estoy acostada. Bajo él.
—No respondiste a mi pregunta —dice. Mi cerebro me dice que me aleje y mantenga la distancia, pero mi cuerpo no está escuchando a mi cerebro. Mi cuerpo tiene mente propia. Miro hacia los intensos ojos azules de Peter. Esas profundidades están totalmente centradas en mis labios, recordándome la primera vez que nos besamos en Paradise. Fue en el parque, justo después de que él me abrazara mientras yo lloraba en sus brazos.
Juro que el aire se ha vuelto más pesado a nuestro alrededor, acercándose como una nube oscura. Todo lo que oigo es el sonido de nuestra respiración. Me olvido de todo lo demás y me permito disfrutar de estar tan cerca de él otra vez. Aleja mi cabello de mi rostro con una dulzura inesperada, las yemas de sus dedos son una suave caricia en mi mejilla. Junto mis manos a mis lados, asustada de que si me muevo volveré a la realidad. Peter se desplaza y se mueve más cerca.
—Mariana, ¿quieres esto tanto como yo? —pregunta. Su rostro justo encima del mío.
—Yo… no puedo responder eso —se inclina hacia atrás solo un poco, pero sigue siendo lo suficientemente cerca que puedo oler el alcohol que bebió esta noche.
—¿Por qué no? —pregunta. Muevo mi mano a su pecho desnudo para detenerlo antes de que pierda todo sentido común. Tenerlo tan cerca me hace respirar más fuerte y mi pulso corre, algo que me hace sentir más enojada conmigo misma que con él.
—¿Realmente tienes que preguntar? Obviamente estabas con esa chica esta noche, Peter. No voy a degradarme a ser una segundona.
—No la besé. Lo juro —cuando le doy una mirada de no-te-creo, su expresión se vuelve gravemente seria.
—No voy a decir que no estuvimos tonteando, pero no pude ir más allá con eso porque yo estaba… —aprieta sus ojos cerrándolos. Después de un segundo abre los ojos y mira directo a mí con esa mirada seria de nuevo—. Olvídalo.
—Solo ve a la cama —le digo, tratando de alejarlo de mí—. Es obvio que estás borracho y no estás pensando con claridad.
—Bésame, luego me iré a la cama.
—Estás loco —digo sofocada.
—Sí, lo sé —sus labios se curvan en una media sonrisa—. Pero eso me complace esta vez —su cabeza cae lentamente sobre la mía. Miro y mantengo mi respiración mientras sus hermosos labios carnosos se acercan más y más.
—Oh, Mariana —murmura en voz baja cuando instintivamente enredo mis manos alrededor de su cuello—. Necesito esto.
No debo estar pensando claramente, porque digo contra sus labios: —Yo también.
Sus manos están apoyadas a ambos lados de mi cabeza mientras junta sus labios con los míos. Nos besamos tentativamente, como si ninguno estuviera seguro de que esto está bien. Mi corazón está derritiéndose lentamente. Mi cuerpo se estremece por la emoción y la anticipación mientras una de sus manos agarra mi cintura y me acerca aún más.
Cierro los ojos y finjo que estamos de vuelta en el mirador de la Sra. Reynolds cuando éramos solo los dos. Se sentía tan bien, que no podría haber sido un error. En ese entonces él me abrazó y me hizo creer que por el tiempo que estuviéramos juntos, todo lo demás se mantendría en su lugar. Suspiro en la boca abierta de Peter, sale un poco como un gemido. Se inclina lejos de mí. Abro los ojos y lo encuentro sonriendo con una enorme sonrisa masculina cien por ciento satisfecha.
Como si mi respuesta es la señal que tiene para ir más lejos, Peter da un gruñido gutural justo antes de bajar de nuevo su cabeza. Tiene la boca sobre la mía, abierta, su lengua buscando. Creo que mi cerebro está tratando de enviarme señales de alarma, pero mi cuerpo y mi propia lengua están disfrutando demasiado de la atención para escuchar. Los sonidos de nuestras lenguas y labios y gemidos me encienden, y me encuentro pasando mis manos a través de su cabello, acercándolo más.
—Tócame —pide Peter mientras extiende sus manos y delinea mis labios con la suave punta de su dedo y lo mete en mi boca. Me convenzo a mi misma de pensar en el mirador. Todo el tiempo que mantengo mis ojos cerrados, estamos allí, estamos en el pasado y no en el presente. Él va a decirme lo mucho que se preocupa por mí en cualquier momento. Va a decir que soy la única chica que quiere y necesita.
Traza un camino mojado por mi cuello y mete su dedo en la V de mi camiseta. Su boca sigue con pequeños besos antes de que se mueva y vuelva a besarme. Empiezo a sudar de pasión. Estoy ardiendo.
Todo es lento y erótico, nuestras lenguas llegan y se deslizan y se buscan como si estuviéramos saboreando al otro. El sabor amargo de la cerveza ha sido reemplazado por el dulce aroma que me recuerda exclusivamente a Peter. Estoy perdida en el presente, pero mi mente y cuerpo están atrapados en el pasado. Se siente bien y oh, tan correcto estar finalmente besándolo así. Y tocándolo.
Él dijo que lo necesita.
No estaba mintiendo cuando admití que también lo necesitaba.
Cuando llega bajo mi camisa y frota su pulgar sobre la parte superior de mi sujetador, el resto de su mano sosteniendo mi pecho, me siento como si el mundo se hubiera detenido y solo existiéramos los dos. Siento una sensación de calor que va desde el pecho hasta las puntas de los dedos de mis pies y viceversa. Mis entrañas se derriten lentamente en pequeños charcos. Hasta que suena mi móvil. Está en mi bolso, sonando alto e interrumpiendo mi fantasía.
—No contestes —dice Peter en tono áspero—. Ignóralo —me besa otra vez, pero el mirador se ha ido. El momento está perdido. Mi móvil no para de sonar. Vuelvo la cabeza, rompiendo el beso, y parpadeo para alejar una repentina lágrima de frustración mientras llevo mi brazo agitado hasta mi bolso.
—No puedo —mi mano encuentra el bolsillo y agarro el móvil. El número brillando intensamente en el identificador de llamadas me hace aspirar una bocanada.
—Es mi papá —digo lentamente mientras alejo la mano de Peter de debajo de mi camisa. Dejo que el teléfono suene y suene hasta que la llamada es transferida al
buzón de voz. Mi papá, el hombre que me llama una vez o dos veces al año. Mi papá, que me dejó apenas sin mirar atrás.
Levanto la vista hacia Peter, que todavía permanece estático sobre mí. Él es el chico que me dejó y no miró atrás hasta que fuimos forzados a juntarnos en este viaje. Él me traicionó al igual que lo hizo mi papá. Él me mintió igual que lo hizo mi papá. Estaba tonteando con otra chica esta noche, luego pasó a mí como si eso no importara. Diferente cara, diferente cuerpo, el mismo buen tiempo intercambiable. Soy patética y la única culpable soy yo. Yo podría haber dicho no. Podría haber actuado como si no quisiera esto. Podría haber caminado hacia mi habitación y cerrar la puerta.
Pero no lo hice.
En su lugar, me acerqué más a él… casi probándolo para ver si él hacía un movimiento. Efectivamente, mordió el anzuelo. Yo no soy mejor que esa chica que estuvo con él esta noche.
—Peter, ¿qué estamos haciendo? —le pregunto. Se aleja de mí para sentarse de nuevo y suspira.
—Oh, no, aquí viene. Tu introspectivo, emocional y filosófico yo interior está saliendo.
—¿Por qué no debería ser introspectiva? No tiene sentido.
—Ni el chocolate y la mantequilla de maní, pero de alguna manera funciona —dice—. De alguna manera la mezcla de esas dos cosas es genial.
—Estás borracho. No estoy hablando de comida. Estoy hablando de dos personas con un pasado realmente jodido.
—Deja de pensar tanto —dice, terminando mi oración—. No importa cuánto tiempo ha pasado, eso no parece lo importante —frota mi brazo con suavidad, haciendo cosquillas sobre mi piel sensible.
—No sé por qué estamos luchando tanto con esto. Demonios, no podía hacerlo con Brandi esta noche porque en todo lo que podía pensar era en ti. Incluso la llamé por tu nombre —dice, divagando—. Sí, estoy jodido, estamos jodidos, ¿si no, por qué ocultar el hecho de que aún nos queremos?
Lo aparto.
—Tú, Peter Lanzani, eres un gran imbécil.
—No te entiendo —dice, con las manos en el aire y frunciendo sus cejas por la confusión—- Admití que no podía estar con otra chica porque estaba pensando en ti. Te quiero, Mariana. ¿Es eso tan malo?
—Sí.
—¿Qué, admitir que me enciendes? ¿Por qué lo tratas como si fuera un insulto?
—No quiero que nosotros solo nos queramos el uno al otro —tomo un respiro profundo.
—Quiero tener una relación real con un chico. Amor. Y tú, ni siquiera sabes qué es el amor. El amor es honestidad. El amor es respeto mutuo por el otro, algo que tú y yo no tenemos.
—¿En serio? —mis palabras obviamente lo molestan, porque se levanta y dispara de nuevo—. ¿Así que estás diciendo que no tienes respeto por mí?
—Sí, eso es lo que estoy diciendo.
—Bien —dice él.
—Bien —le digo.
—Entonces, creo que categoricé todo este asunto que sucede entre nosotros muy mal.
Esta vez el dolor agudo golpea mi corazón, pero permanezco fuerte. —Es todo acerca de honestidad, Peter.
—Sí, bueno, honestamente estás siendo ridícula.

DISFRUTEN DEL CAP BESOSS

2 comentarios:

  1. Como quiere k lo entienda cuando lo vio ,y al rato queria estar con ella.Honestidad ,y me parece k confianza también es lo k pide Lali.

    ResponderEliminar
  2. Yo no entiendo a Peter, espero que la excusa sea que este borracho orque sino...
    Mas!
    @sarapinyana

    ResponderEliminar