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viernes, 15 de junio de 2012

novela: fuego en dos corazones capitulo uno segunda parte



-Ya sabes lo que pienso, Peter -dijo Sofia amablemente, retirando la mano-. Creo que te has ausentado de Grecia por demasiado tiempo. Estoy convencida de que ya ha llegado la hora de volver a Atenas y emprender una nueva vida, ¿no estás de acuerdo?
-Sabias palabras -repuso él con una sonrisa de complicidad-. No te preocupes, Sofia, después de la fiesta de San Esteban, tengo la intención de volver a casa. Y esta vez, puede que me quede allí para siempre.
-Bien -concluyó ella-, tu madre se alegrará cuando se entere -añadió antes de girarse para desaparecer sigilosamente en el interior del yate, con ese vestido azul marino que le sentaba como un guante.
Pero Sofia no era consciente de que acababa de alejarse de un hombre cuyo pensamiento había regresado de inmediato a la imagen de aquella mujer pelirroja de ojos verdes y mirada desafiante. Mariana hubiera preferido salir desnuda a la calle antes que ponerse un sobrio vestido azul marino como el de Sofia, reflexionó con severidad. A ella le gustaban las faldas cortas que dejaban claramente a la vista sus imponentes piernas y las camisetas escotadas que hipnotizaban a los hombres con la promesa de encontrar debajo unos soberbios pechos, altos y llenos, con los pezones muy marcados. Mariana hubiera preferido que le cortaran un brazo antes que seguir los prudentes consejos de la madre de Peter. Jamás había conseguido que su familia política la aceptara tal y como era. Todo había ido mal desde el principio y ninguna de las dos partes implicadas había optado por la discreción. Al contrario, Peter había tenido que vivir en un auténtico infierno poblado de quejas en ambos sentidos.
Sin embargo, Sofia adoraba a su madre y sentía lo mismo por ella. Al ser tan amiga de su hermana Cande, se había mantenido en contacto con la familia Petronades desde la infancia, aunque Peter solo había empezado a pensar en ella como mujer desde hacía una semana, cuando se había presentado en San Esteban para sustituir a Cande en la organización de la fiesta. Su hermana había tenido que volver a Atenas urgentemente para ayudar a su madre con los preparativos de la inminente boda de Nikos.
El viaje a San Esteban había servido de distracción a Sofia, que acababa de regresar a Atenas, después de vivir en Estados Unidos con su familia durante cuatro años. Era una mujer exquisita y bien educada que reunía todos los atributos necesarios para convertirse en la esposa perfecta. Si se hacía caso omiso del breve e intrascendente romance de adolescentes que había mantenido con su hermano Nikos, la vida amorosa de Sofia era como un papel en blanco, lo cual la hacía más atractiva aún ante los ojos de Peter que la bruja esa de pelo rojo y lengua viperina con la que se había casado.
Con ese pensamiento en la mente, apuró la cerveza y, al bajar la vista, frunció el ceño al ver a un hombre que tomaba fotografías del yate desde el paseo marítimo. Odiaba a los fotógrafos, no solo porque invadían su intimidad, sino porque ese era el oficio de su esposa. De hecho, se habían conocido durante una improvisada sesión de fotos delante de su Ferrari rojo. Ella había hablado sin parar mientras disparaba la cámara una y otra vez y aquella misma noche habían acabado en la cama. Después.. .
No quería pensar en lo que había sucedido a continuación. Ni siquiera quería acordarse de su maldito nombre. Hacía tiempo que la había desterrado de sus pensamientos y había llegado la hora de legalizar la separación, pensó con alivio, dispuesto a olvidarse de ella para siempre y a emprender una nueva vida... más completa, más relajada y más conveniente.
Las reflexiones de Mariana discurrían por los mismos derroteros mientras leía la carta que acababa de recibir, firmada por el abogado de su distante marido. En ella se decía que Peter Pretonades tenía la intención de iniciar los trámites del divorcio.
Mariana estaba sentada sola junto a la mesa de la diminuta cocina de su piso londinense. Su madre aún no se había levantado de la cama, lo cual agradeció porque la carta la había dejado atónita, aunque estuviera conforme con su contenido. Ya iba siendo hora de que alguno de los dos tomara la iniciativa, pensó. Era necesario poner fin cuanto antes a ese matrimonio que nunca debería haberse celebrado.
Pero al pensar que por fin había llegado el momento de firmar el final de un matrimonio que había durado cuatro años, se le empañaron los ojos. Si aceptaba la propuesta de Peter, sentiría que esos años solo habían sido una pérdida de. tiempo. ¿Pensaría él lo mismo? ¿Por qué había tardado tanto en proponerle el divorcio? A Mariana le había costado reconocer que se había portado como una idiota alocada y que había cometido una equivocación tremenda al casarse con él. Pero... ¿había algo más detrás de la petición de divorcio? ¿Había encontrado Peter a otra mujer con la que deseara pasar el resto de su vida?

6 comentarios:

  1. MAS NOVELA MI VIDA HERMOSAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

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  2. masssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss

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  3. noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

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  4. Respuestas
    1. Leí el primer cap,y no pude comentar, vi k Inma te dijo k pongas la forma facil d firmar, nombre/URL y a ser posible sin verificación ,así firmamos más.

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  5. Me parece a mi k aunque los dos quieran rehacer sus vidas ,siguen pensando el uno en el otro.

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