Mariana.
Estoy sentada enfrente de una chica de cabello rubio teñido y
raíces oscuras. Ella está usando pantalones de chándal azules y una camiseta
azul como las otras chicas en la cárcel. La Srta. Bushnnell la asignó a mi
mesa. La chica me está mirando como si ella no quisiera estar aquí.
―Soy Mariana ―le digo a ella.
―Entonces, Mariana, ¿Cuál es tu historia? ―ella pregunta impacientemente, totalmente
desinteresada.
Le cuento como fui atropellada por un coche en un accidente de
golpea-y-corre y pase un año en el hospital y la rehabilitación. Su mirada se
vuelve ausente y llega a un punto en el que pienso que ella puede estarse
quedando dormida.
Cuando le explicó que no logre adaptarme al regresar para comenzar
el último año de preparatoria, ella pregunta:
―¿Se supone que eso me haga sentir apenada por ti?
Escucha, tengo más con que lidiar que una pierna rota. Mi papá es un borracho,
y mi mamá nos abandonó hace cinco años. Yo realmente no voy a llorar por tu
cojera, así que tú mejor deberías guardar el aliento y el resto de tu historia
para alguien que realmente de una mierda por ello.
No logre dormir mucho anoche. Peter no me dirige la palabra. Estoy
malhumorada y mis nervios están de punta. Si esta chica no quiere tener algo de
simpatía, bien. Pero eso no significa que yo me voy a quedar aquí sentada
mientras ella me trata como si fuera una idiota.
―Escucha tú ―digo yo, luego me inclino sobre la mesa para obtener
toda su atención y para asegurarme de que me escuche alto y claro―. Solo porque has tenido una mala vida familiar no
significa que tengas derecho de sentarte allí y ser maleducada.
―Seguro que sí lo hace ―ella golpea de vuelta―. Apuesto que tienes padres con dinero.
―Mi mamá trabaja como mesera en una cafetería.
―Bueno, pues apuesto que tu papá no es un borracho.
―No sabría decirlo ―le digo a ella―. Mi papá abandono a mi mamá. No lo he visto en años.
Oh, y se me olvidó mencionar que me enamore del tipo que fue a la cárcel por
atropellarme con su coche. En primer lugar no se suponía que yo hablara con él.
Entonces vino en este viaje, pero ahora, otra vez no me está dirigiendo la
palabra y se supone que yo pretenda que solo somos amigos y tengo miedo de
perderlo aunque sé que eso es estúpido porque siento como si ya lo he perdido…
y nada de eso habría sucedido si nosotros no hubiéramos estado en un imprudente
incidente automovilístico. Así que en cuanto salgas de este lugar, por favor no
conduzcas de forma imprudente o podrías terminar con una discapacidad
permanente, sin novio y rechazada en la escuela.
En vez de la chica que estaba quedándose dormida o con una mala
actitud, ahora me está mirando con los ojos bien abiertos.
―Muy bien. Tienes un punto. Lo capto.
―Gracias ―le digo, y es enserio.
―¿Apesta que la gente se quede mirándote cuando
caminas? ―ella pregunta.
En un principio, cuando salí del hospital ni siquiera quería
pararme de mi silla de ruedas para caminar, porque sabía que atraería más
miradas por mi cojera ridículamente pronunciada que por estar reducida a una
silla de ruedas. Odiaba las miradas fijas en mí.
―Odio que se queden mirándome, pero trato de
bloquearlo ―le digo a ella―. Admito que me hace sentir como el evento principal
en un show de fenómenos. ―Bajo la mirada y digo lo que no
me gusta poner en palabras pero que es la verdad―. No pasa un solo día sin que yo desee que el
accidente no hubiera ocurrido y que así yo pudiera ser normal. Eso está en mi
mente cada día.
―No pasa un solo día en el que no me arrepienta de lo
que hice para conseguir que me encerraran aquí ―ella dice.
―No sé sí puedo hacerte preguntas sobre la razón por
la que te encuentras aquí.
―Solo digamos que deje a alguien muy malherido ―ella me dice, entonces se concentra en un punto de la
pared. Tal vez es que no quiere ver mi reacción.
Miro a la guardia femenina que está bloqueando la puerta y a la
Srta. Bushnell en la esquina opuesta de la habitación. Ellas están vigilando a
las prisioneras. Me
pregunto si hay algún momento en el que ellas no estén siendo
observadas o evaluadas. Pienso en Peter, él me dijo que odiaba ser observado
por los guardias cada segundo del día. Me pregunto cómo lo estará soportando,
volver a estar en este lugar.
―Debe ser horrible estar aquí ―yo digo entre dientes.
La chica se encoje de hombros.
―Realmente no es tan malo. Le gana a estar en casa.
Supongo que odio estar aquí porque me recuerda lo que he hecho. Lastime a esta
chica. Los recuerdos de esa noche me dan pesadillas casi todas las noches.
Estaba pensando en escribirle una carta, pero es bastante probable que ella la
tire y nunca la lea.
―Podrías intentarlo. En cualquier caso, lo más
probable es que escribir la carta te haga sentir mejor.
―No lo creo.
―Solo piénsalo.
―¡Damas, les queda un minuto! ―la Srta. Bushnell anuncia en voz alta―. Despídanse y alinéense en la puerta.
―Sí, pues, supongo que fue bueno conocerte ―dice la chica―. Las chicas que no tienen visitas son la que
consiguen venir a hablar con ustedes. Apesta cuando es día de visita y nadie
dice tu nombre porque alguien vino a verte, así que, eh, gracias por estar aquí
―ella se aclara la garganta―. Soy Vanessa. Mis amigos en casa me llaman V, pera
para ser honesta yo ya no tengo amigos.
Levanto la mano. La Srta. Bushnell se acerca a nuestra mesa.
―¿Hay algún problema? ―ella pregunta.
―No ―me
apresuro a decirle―. Solo quería saber si puedo
obtener la dirección de Vanessa… para que podamos ser amigas por
correspondencia.
El severo rostro de la Srta. Bushnell se suaviza.
―Eso estaría bien. Te daré la información antes de que
dejes el edificio.
―No tenías que hacer eso ―dice Vannesa cuando la Srta. Buchnell se ha alejado.
―Lo sé.
Vanessa sonríe, la primera sonrisa que le he visto desde que ella
entro a la habitación.
―Está bien, Mariana. Y si llegas a escribirme, prometo
responderte. Solo no esperes palabras elegantes.
―Es un trato.
―Y solo para que lo sepas, no creo que seas un
fenómeno. De hecho, eres una de las chicas más geniales que he llegado a
conocer.
Yo sonrió
―Soy un bicho raro ―le digo.
―No. No lo eres ―ella me apunta con el dedo―. Mariana tú eres una chica genial. No lo olvides.
¿Una chica genial?
―Nadie me ha dicho antes que soy genial
―Eso es porque no actúas como tal. Si piensas que eres
genial y actúas como si fueras la mierda, todo el mundo te empezara a tratar
como a una chica ardiente. ¿Entiendes lo que quiero decir?
―Creo que sí.
―No pierdas un solo día pensando que eres un bicho
raro, si ese es el caso, mejor podrías estar encerrada aquí como yo.
Vanessa y las otras chicas se forman en una sola fila ante la
puerta metálica cerrada, con sus manos sostenidas contra la espalda. Algunas de
las chicas se ven realmente jóvenes… como si apenas estuvieran comenzando la
preparatoria o incluso más jóvenes que eso. La guardia las guía hacia afuera.
Antes de que Vanessa salga, mira hacia atrás y me da un pequeño asentimiento de
despedida.
De acuerdo con Vanessa, mi cojera y mis cicatrices no importan.
Soy una chica genial. Solo tengo que empezar a creerlo.
Todo nuestro equipo de un Re-COMENZAR esta callado cuando dejamos
el DOC.
Yo me dirijo hacia la parte trasera donde Peter normalmente se
sienta, pero cuando él me ve, se desliza dentro del puesto de enfrente al lado
de Trish.
Estoy atascada en la parte de atrás con Lenny.
Cuando regresamos a Dixon Hall, Damon nos dice que tenemos dos
días libres para descansar y divertirnos. Matt sugiere que vayamos mañana al
Independence Grove y pesquemos en el lago.
Peter parece realmente distante desde que dejamos el centro de
detención. Me pregunto qué pasó con él en el lado de los chicos de la cárcel.
Aunque no lo
averiguo, porque Peter pasa el resto de la velada solo en su
habitación. Damon lo llama al área social para la cena.
―Yo solo voy a agarrar algo más tarde del refrigerador
―él dice. Cuando estamos por ver
una película en la sala, echó un vistazo y lo veo recostado sobre su cama, mirando
fijamente al techo.
―Peter, vamos a ver una película.
―Véanla sin mí.
―¿Te encuentras bien? ―preguntó algo insegura―. ¿Quieres hablar?
Él se ríe un poco y niega con la cabeza.
―¿Te vas a quedar enojado conmigo para siempre?
Él no responde
A la mañana siguiente, cuando todos nos estamos frotando el
protector solar, Peter es el último en alistarse. Se coloca una gorra de
básquetbol, unos pantalones cortos, y una camisilla. El tatuaje de Peter me
parece como llamas negras lamiendo su piel. Lo hace ver duro e intocable, lo
cual estoy segura que era lo que él quería conseguir cuando se lo hizo.
En el parque, Damon nos compra lombrices. Renta equipo de pesca y
tres botes, y nos dice que estamos por nuestra cuenta y que él regresara con el
almuerzo antes del mediodía.
―Hey Trish ―Lenny dice mientras la observa tender una toalla en
el frente de la arenosa playa―.
¿Sabes que se puede ver el contorno de tus pezones a través del top de tu
bikini?
―Eres un cerdo ―dice Trish, entonces empuja a Lenny lejos de ella.
Lenny alza las manos.
―¿Qué? Te iba a decir que tienes unos bonitos pezones.
Cielos, Trish. Contrólate y aprende a aceptar un cumplido.
Todos estamos mirando a Lenny como si hubiera perdido la razón.
Trish cruza sus brazos sobre su pecho y monta toda una escena
revisando la región inferior de Lenny.
―¿Sabes que no se puede ver el contorno de tu pene a
través de tu traje de baño? ―ella
se sacude el cabello y dice―.
Solo para que lo sepas, Lenny, ese no era un cumplido.
Sin alguna señal de advertencia, Lenny levanta a Trish y la lleva
hacia el lago, pateando y gritando.
―¡Sera mejor que no me tires! ―ella grita, aun pateando, y se agarra del cuello de
Lenny como si de ello dependiera su vida.
―Oh, sí, nena, estas siendo arrojada ―dice Lenny, pareciendo ignorar las patadas y los
ruegos de la chica con la que ha estado peleando desde que empezó este viaje.
Yo levanto la mirada en dirección de Peter, quien está mirando a
Lenny y a Trish. Él se gira hacia mí y una malvada expresión cruza su rostro.
Él asiente, como si Lenny estuviera llevando a cabo el castigo más brillante
para una chica que lo ha enojado.
―No estás pensando en tirarme al lago ―le digo.
―Sí ―él
dice―. Sí lo hago.
mas mas mas mas mas ma smaa que cosita con lenny trishh eh!!
ResponderEliminarx fin puedo comentar!!jaa es q stoy 100pre desde mi cel y se me hace imposible comentar de ahi pero quiero que sepas que te soy fiel jaa y todos los dias visito tu blog esta de mas decirte que AMO ESTA NOVE!!steffy
ResponderEliminarLali hizo bien en contarle a Vanessa todo ,esta recapacitó.
ResponderEliminarLa va a tirar??
ResponderEliminarMAS! MAS! MAS!
@sarapinyana