CREO QUE CON ESTE CAP ME VAN A QUERER WE ESO ESPERO JAJA
Peter.
Dormí como un muerto anoche. El suave y cálido cuerpo de Mariana
acurrucado contra mí era justo el somnífero que necesitaba después de nuestro
pequeño ―bueno, no tan pequeño― festín de besuqueos. Supe el momento en que ella se
escabulló de mi cuarto esta mañana, porque me desperté inmediatamente cuando el
frío aire de la mañana alcanzó mi piel.
Fingí que no estaba despierto, incluso cuando ella me besó
suavemente en los labios.
El desayuno fue prácticamente una tortura, porque Mariana y yo
estábamos tratando de evitar el contacto visual. Damon nos llamó al área
principal de la cabaña, donde nos dio un discurso entero de media hora sobre
cuánto nos respetaba a todos nosotros por terminar todo el programa, incluso
aunque él sabía cuan duro era compartir nuestras historias.
Durante el viaje de regreso al centro comunitario Redwood, donde
todo el viaje comenzó, estábamos todos bastante callados. Incluso Lenny. Su
actitud solemne es desconcertante porque está tan fuera de su personalidad. En
este punto estoy tentado a preguntar si puedo tirar su dedo.
En el centro comunitario, Damon me empuja a un lado.
―Vas a volver a casa, ¿cierto? ―pregunta―. Lo prometiste.
―Sip ―mentí―. Voy a llegar limpio a mis padres. Gracias, Damon.
Por todo. Sé que es tu trabajo intentar y reformar a chicos como yo, pero…
―Para que lo sepas ―interrumpió―. No es solo un trabajo para mí. Recuerda eso.
Llámame si necesitas algo. En serio.
―Estoy fuera ―dice Lenny una vez que reúne sus cosas de la van―. Mi autobús estará aquí pronto.
―Si necesitas un aventón… ―empieza Damon.
―Estoy bien. ―Lenny se despide de todos con la mano mientras se
dirige a la parada del autobús para esperar.
―¿Eso es todo? ―le grita Trish a él―. ¿Pasaste cuatro semanas con nosotros y todo lo que
nos puedes dar es una despedida con la mano de espaldas?
Lenny, todavía caminando, le levanta el dedo.
―Siéntate en esto y gira, Trish ―le grita de regreso.
Trish está gritando algo irritante de vuelta a Lenny mientras
Damon está tratando de calmar la situación para que así no se intensificara en
una enorme competencia de gritos y palabrotas en frente del centro comunitario.
Mientras todos estamos despidiéndonos, Damon recibe una llamada de emergencia
de uno de los chicos del programa juvenil de libertad condicional. Se va
después de hacernos prometerle que todos nos aseguraremos de llamarlo si alguna
vez lo necesitamos.
La mamá de Mariana para en el estacionamiento de al lado y se
dirige hacia nosotros. La mirada en su cara cuando se da cuenta de que he
estado en el viaje de Nuevo Comienzo con Mariana me hace hacer una mueca de
dolor. Si hubiera tenido alguna duda acerca de si Mariana y yo podríamos vernos
otra vez, aún casualmente, la expresión horrorizada de su mamá lo dijo todo. Yo
no era bienvenido para estar cerca de su hija. Nunca.
―Mamá, quiero despedirme de todos. Iré en un minuto ―escucho decir a Mariana.
Su mamá me da una mirada de advertencia. Mariana abraza a todos en
el grupo. Las lágrimas vienen a sus ojos cuando todas las chicas prometen
llamarla y verse antes de que Mariana se vaya a su año en el extranjero. Luego
abraza a Matt.
―Cuídate ―dice―.
Y no te rindas con Becca.
―¿Quién es Becca? ―les pregunto.
―Mi ex ―Matt se encoge de hombros―. Rompimos antes del viaje, pero como que, bueno, tú
sabes…. Mariana me ha estado dando consejos.
¿Entonces a él no le
gustaba Mariana? Desearía haberlo descubierto antes.
Mariana me da un beso en la mejilla.
―Bueno, supongo que esta es una despedida…otra vez.
Asiento.
―No olvides enseñarles a esos españoles que Mariana Esposito
es una fuerza para ser tenida en cuenta.
―Tienes razón ―dice, divertida. Cuando da un paso hacia atrás, empujo
mis manos dentro de mis bolsillos por miedo de extenderlas para acercarla. Por
nuestras miradas, nunca sabrías que dormimos en la misma cama la noche pasada y
nos besuqueamos como si el mundo se fuera a terminar si nos deteníamos.
―Para que lo sepas ―dice―.
Estoy bien esta vez con despedirme de ti. De verdad, siento como que ambos
hemos terminado. Creo que deberías volver a Paradise, pero no puedo forzarte a
ir a casa si no quieres hacerlo.
Su mamá toca la bocina, recordándonos que la realidad siempre está
a la vuelta de la esquina lista para abofetearnos en la cara.
Le señalo el coche de su mamá y le doy una pequeña sonrisa.
―Mejor te vas.
Se alejó otro paso, pero no me dio la espalda.
―Mantente fuera de problemas, Peter. En serio.
No quito mis ojos de ella mientras entra en el coche de su mamá y
se alejan. El arrepentimiento tiraba contra mí. Hay algunas cosas que no
podemos cambiar aunque lo queramos.
Trish es recogida por sus padres, su hermana y su hermano. Después
de escuchar la historia de Erin, la mamá de Trish tuvo que sacar un pañuelo de
su bolso para que su propio maquillaje no se corriera. Después de eso, toda la
familia metió a Erin en su van. Creo que acaban de adoptar a la silenciosa
chica tatuada. Matt se fue justo después de ellos, cuando su hermano mayor vino
para llevarlo en coche.
Re-COMENZAR está oficialmente acabado. Supongo que es momento de
que piense que voy a hacer ahora. Una cosa es segura ―tengo que irme lejos. Esta vez Chicago es demasiado
cerca. No estaba bromeando cuando le dije a Mariana que iba a ir a Arizona. El
problema es, tengo exactamente veinte dólares y sesenta y tres centavos con mi
nombre. Puedo hacer algunos trabajos, habituales trabajos de construcción si
los puedo encontrar, hasta que pueda ahorrar el dinero suficiente para irme de
Illinois.
Tiro mi bolso de lona sobre mi hombro, agradecido detener al menos
algunos dólares con mí nombre. Sé de un camping barato a unas millas de aquí
donde puedo quedarme un par de noches mientras averiguo si hay algún trabajo
temporal que pueda tomar para hacer un poco de dinero en efectivo rápido.
Necesitaré al menos unos cientos para conseguirme un billete de autobús en una
sola dirección a Arizona.
―Hey, Peter, ¡Espera!
Me doy la vuelta para encontrar a Lenny corriendo para alcanzarme.
―¿Perdiste tu autobús? ―pregunto.
―Nah ―se
encoge de hombros―. Realmente no tenía un autobús
que tomar. Estaba pensando en, tu sabes… irme contigo ―dice, como si fuera algo que ya hemos discutidos y
quedado de acuerdo. Uhm… no lo creo.
―No, no lo harás. Ve a averiguar donde vive Trish y
síguela a su casa.
―¿Estás bromeando? La chica me odia.
―Tal vez es porque no limpiaste tus vellos púbicos del
retrete.
Sigo caminando. Lenny no entiende la indirecta, y estoy comenzando
a pensar que hablaba en serio sobre venir conmigo porque continúa siguiéndome.
―Vamos, Peter. Ten corazón. Piensa en nosotros como
Fred y Barney, Ben y Jerry, Thelma y Louise. Sabes que quieres.
Me detengo y miro directamente a Lenny.
―Thelma y Louise murieron al final de esa peli para
chicas.
―Murieron tomados de la mano. ¿No te hizo llorar?
―No.
―Todavía me debes un abrazo, ¿recuerdas?
―No, no lo hago.
―¿Así que me vas a dejar desamparado aquí? ¿Qué,
tienes miedo de que vaya a arruinar tu estilo?
―No tengo estilo, Lenny. Ve a casa. ¿Tienes casa, no
es así? ―él no responde―. Le dijiste a Damon que ibas a ir a casa.
―Mentí.
Mierda.
―Si no te has dado cuenta todavía, tampoco tengo una
casa a donde ir. Voy a acampar, así al menos puedo tener un lugar para hacer
las cuatro necesidades: cagar, ducharme, afeitarme y dormir.
―Genial.
―No hay nada genial en eso ―puedo decir que Lenny no me va a dar tregua.
Él es como un maldito perro perdido que me está siguiendo. Le echo
un vistazo. Normalmente tiene una expresión de arrogante hijo de perra, pero no
ahora. Ahora parece preocupado, como si tuviera miedo de que lo vaya a
abandonar e irme solo.
Sigo caminando, sintiendo un deja vu. Mariana me siguió fuera del
campus y mira donde me llevó eso.
Lenny camina a mi lado. No le digo que se vaya, porque creo que el
tipo está asustado de ser dejado solo.
―Gracias, Peter ―dice después de un momento.
―Solo… no me hagas enojar ―le digo.
―No lo haré. Lo prometo.
Nos lleva casi una hora caminar al Camping del Campista Feliz. Me
registro y pago a la señorita en la oficina por nuestro sitio de camping que me
cuesta siete dólares por día. Me costaría veintidós si requería un chorro de
agua, pero puedo ir al baño comunitario para eso.
Sin importar cuán barato es el lugar, tengo que ir a conseguir
algo de dinero en efectivo rápido. Una vez que el verano en Illinois se acaba,
el invierno se arrastra a toda velocidad. Me congelaré el trasero y moriré si
no me dirijo a Arizona para entonces.
Cuando está oscuro y hemos comprado un par de hot dogs en la
pequeña tienda local, la familia en el sitio al lado de nosotros nos da algunos
pedazos de su madera y enciende fuegos. Tengo que amar la generosidad de los
campistas.
Después de que me lavé en el área del baño/ducha comunitaria del
Camping del Campista Feliz, saco una manta ligera que compré cuando estaba
viviendo en la casa de Rio.
―Aquí ―digo,
entregándosela a Lenny―. Podemos turnarnos los días que
la usamos.
―Estoy bien ―responde.
Miro como Lenny enrolla una de sus camisetas para hacer una
almohada, luego saca un par de chándales de su bolso de lona y los pone sobre
su cabeza, haciendo un círculo en medio de donde está su boca.
―¿Por qué demonios estás usando pantalones en tu
cabeza? ―pregunto―. Te ves ridículo.
―No voy a arriesgarme a quemarme con el sol o a que un
mosquito me pique en la cara otra vez. Tengo un par extra de bóxer si quieres
cubrir tu cara. No están lavados, pero…
―No gracias ―solo pensarlo me hace querer vomitar.
Gracias a Dios que estamos asignados a un camping cubierto de
hierba. Extiendo la manta sobre el piso. Un saco de dormir sería genial, pero
estoy feliz de tener mi pequeño sitio de tierra por la noche sin tener que
preocuparme de ser arrestado por los polis o ser molestado por otras personas
sin hogar.
―De verdad, Lenny, ¿por qué estás aquí? ―pregunto―. Quiero decir seriamente, hombre, ¿cuál es tu
historia?
―No tengo una historia ―dice Lenny, levantándose los pantalones de su cara―. Me escuchaste las cuatro semanas pasadas contar
todos los detalles sórdidos. Me emborraché, robé un coche, y lo conduje dentro
del lago. Fin de la historia.
Gira su espalda hacia mí y encara la dirección contraria.
Miro fijamente hacia el cielo, las estrellas y la luna iluminando
el universo sin fin.
Donde sea que esté Mariana, esté en Paradise o en España, estará
mirando a la misma luna y las mismas estrellas. ¿Siquiera pensará en mí?
¿Recordará la noche que pasamos en el castillo o la noche pasada cuando
dormimos en los brazos el uno del otro? O ¿solo recordará las veces que
discutimos y tratamos de alejarnos, porque era más fácil que admitir o aceptar
lo que realmente estaba pasando entre nosotros? Maldición. Mejor consigo controlarme y olvido a Mariana Esposito.
Esta es mi vida aquí en este pequeño pedazo de tierra rentado de siete dólares…
miro hacia Lenny… y no parece como que la suerte en mi vida va a mejorar en
algún tiempo pronto.
La mayor tortura ahora mismo es saber que no dormiré mucho. Cuando
todo está tranquilo y solo estoy acostado en la noche, es cuando mi mente se
pregunta cosas que no tengo derecho a pensar.
―Fue el coche del novio de mi mamá ―dice Lenny, su voz cortando a través del silencio.
Había estado tan tranquilo la hora pasada que pensé que estaba durmiendo.
Supongo que debería saberlo mejor, ya que no estaba roncando.
―Él hizo las maletas y nos dejo hace cinco años y
pensé que se había ido para bien. No puedo creer que lo haya aceptado de
regreso. ¿Quieres saber lo que hacía?
―No tienes que decirme. ―No soy de los que curiosean en los asuntos de otras
personas, porque no quiero que ellos curioseen en los míos.
Miro a Lenny, que tiene sus palmas presionando sus ojos. Nunca lo
había visto tan serio.
―Cuando mi mamá no estaba en casa solía tocarme.
―Joder, Lenny. Eso es algo grave de mierda.
―Cuéntame sobre eso ―el silencio llenó el aire, y no dijo nada más por un
rato―. Al principio realmente no
entendía lo que estaba pasando, como si mi cerebro no
pudiera envolverse alrededor de la realidad de lo que estaba
pasando. Solo tenía doce cuando eso comenzó. Para el momento en que el cabrón
se separó, solo quería borrarlo de mi mente y olvidar que nunca ocurrió. No le
dije a nadie. Pero cuando apareció en Marzo y mi mamá dijo que lo invitó a
vivir con nosotros, me volví loco.
―¿Le dijiste a tu mamá lo que te hizo?
―Sí, pero se enojó bastante y me llamó un mentiroso.
La primera noche en que el tipo se mudó de regreso, me emborraché, robé su
coche, y lo conduje al lago. Mi mamá ni siquiera fue a la corte. Oí que se casó
con el bastardo. Damon dijo que podía unirme al programa de Nuevo Comienzo en
vez de cumplir un tiempo de libertad condicional. Le prometí que volvería a
casa y arreglaría las cosas con mi mamá, pero eso no va a pasar nunca. Ella
eligió confiar en su novio por sobre su hijo.
―Ni siquiera sé qué decir. ―De algún modo la historia de Lenny me hizo sentir
como si todas las cosas por las que he pasado no fueran nada.
―No tienes que decir nada. No te dije que me tengas
compasión.
―¿Damon sabe lo que ese tipo te hizo?
―Nah.
―Deberías habérselo dicho.
―Sí, bueno deberías haberle dicho a tus padres la
verdad sobre la noche en que tú no golpeaste a Mariana con tu coche, pero no
tuviste las agallas.
Un destello de arrepentimiento me hizo tensarme.
―Tienes razón ―admití―. Pero prometí que me callaría.
―Sí, bueno, yo le prometí a ese cabronazo que nunca le
diría a mi mamá lo que me hizo, pero no mantuve esa promesa. Ya no tengo
opciones, Peter. No puedo volver a casa. Será diferente para ti.
―¿Qué estás diciendo?
Lenny se sienta.
―Estoy diciendo que tienes posibilidades que yo no
tengo. Demonios, solo porque tu mamá tenga alguna adicción a las drogas
pre-escritas y quiera actuar como que todo es perfecto y tu viejo sea un coño,
no quiere decir que tengas que darte por vencido con ellos ―Lenny me da la espalda otra vez―. Si fuera tú…
―Sí, bueno no eres yo ―lo corté duramente.
Me levantó y camino alrededor del camping, enojado conmigo mismo,
con Lenny, con Eugenia y con todo el mundo en general. Estoy feliz de que la
mayoría de las personas esté durmiendo y el lugar esta tranquilo excepto por el
crujir del fuego y los bajos susurros de algunos campistas todavía despiertos.
Recorro en círculos el camping cinco veces, todo el tiempo
pensando sobre lo que Lenny dijo. La indecisión reemplazó mi rabia. Cuando
comencé a caminar más y más rápido, locos pensamiento corrieron por mi cabeza.
Pronto empecé a correr. Mientras más rápido corría, mi mente corría más
carreras con pensamientos de lo que fue y lo que pudo haber sido. No, no puedo,
me dije. Pero ¿y qué si lo hago?
Regresé a mi pequeña pieza de tierra rentada y veo que Lenny está
acostado ahí, durmiendo sobre la tierra. Es como mirarme a mí mismo de muy
lejos, y es patético ―soy patético. Tengo toneladas de
arrepentimientos, provenientes de mi temor a ser rechazado por las personas que
me importan. No quiero estar solo. No quiero que mi familia crea que me di por
vencido con ellos. Tampoco quiero que Mariana crea que me di por vencido con
nosotros. Mi boca se seca y mi corazón está corriendo como si comprendiera a
donde voy a ir.
Voy a volver a Paradise.
Voy a regresar a casa.
oh siiiiiiiiiiii! te amo
ResponderEliminarsiii!! y espero que las cosas mejoren para peter... en algunos capitulos me haces llorar cón las cosas que le pasan a él...dale un poco de felicidad por favor
ResponderEliminarusi! esperaba essa frase!
ResponderEliminarY el menos inesperado ,Lenny ,es quien logra del todo, k Peter reflexione.
ResponderEliminarAyyy! Te amoo grosa!! Por fin se dio cuenta! :D Ojala cuand vuelva no sea lo suficientemente tarde, y que Mariana todavia este en Paradise!
ResponderEliminarMas Novee
@sarapinyana