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martes, 25 de septiembre de 2012

novela: regreso al paraiso capitulo 36


ultimos 2 capitulos!

Mariana.
Mariana, ¿puedo ir? —era la voz de Peter por el teléfono. No sonaba feliz.
—Seguro. ¿Qué está mal?
—Te lo diré cuando llegue allí.
Mi mamá y Lou estaban justamente abajo. No le había dicho lo de Peter. Quería hacerlo. Para ser honesta. He estado reteniéndome porque lo último que quiero es molestarla cuando todavía está tratando de resolver las cosas con mi papá y Lou. Es hora de confesarle a mi mamá la verdad sobre mí y Peter.
Lou y mi mamá están en la cocina. Los dos están cortando verduras para la mezcla de algún tipo de sopa que están haciendo. Ella todavía no está usando su anillo, pero él viene todos los días y realmente está peleando por el derecho a estar con ella para siempre. Ella hizo a mi padre posponer su mudanza aquí… indefinidamente.
—Mamá, ¿puedo hablar contigo?
Mi mamá, con harina en su cabello y una zanahoria en la mano, levanta la vista de la tabla de cortar. —¿Hay algo mal?
—No. Es solo que… si no fuera por Peter, podría haber renunciado a la vida.
Mi mamá para de cortar. —¿Qué?
—Después del accidente, fue Peter quien me hizo comprender que la vida valía vivirla.
—Mariana, eso es un puñado de tonterías.
—No, mamá, no lo es. ¿Quieres saber por qué?
—Estoy segura de que me lo vas a decir sin importar lo que diga.
No sé cómo va a reaccionar. No está exactamente feliz, pero al menos está escuchando.
—Porque él me sacó de mi depresión. Ni siquiera lo viste porque estabas tan feliz de que estuviera en casa y no viviendo en hospitales. Pero no era feliz. Era miserable hasta que Peter regresó de la cárcel y me ayudó a entender que yo valía algo aunque tuviera una discapacidad.
—¿Por qué me estás diciendo esto ahora? —pregunta mi mamá.
—Porque viene para acá, y quiero que estés preparada… —sonó el timbre—. Ese es él, mamá. Solo, se agradable y no lo juzgues hasta que yo te cuente todo.
Me apresuro para abrir la puerta. Los ojos inyectados en sangre de Peter me saludan. No dice nada; solo me acerca y me abraza con fuerza justo en las escaleras de la parte de delante de mi casa.
—Hoy vi a mi mamá —murmura en mi cabello—. Oh, Dios, Mariana, fue tan horrible. Eugenia les dijo a nuestros padres que fue ella quien te golpeó.
Sé que eso probablemente fue la cosa más difícil que Eugenia haya hecho nunca.
—¿Cómo está ella?
—Estaba llorando. Un montón —se aleja, pero sostiene mis manos—. Está decidida a entregarse. No sé qué va a pasar. Acabo de llamar a Damon. Va a venir mañana para aconsejarnos que hacer.
Toqué la frente de Peter con la mía. Puedo ver en su cara cuánto lo está despedazando esto. —Lo siento. Iré contigo. Lo que sea que pueda hacer para ayudar, lo haré.
—¿Qué está pasando? —pregunta mi mamá, confundida—. No sé porque estás aquí —le dice a Peter—, y por Dios, ¿porqué están tomados de la mano?
Tomo una inhalación profunda y aprieto la mano de Peter. Vamos a hacer esto juntos. Lo guío dentro de mi casa y me paro frente a mi mamá y Lou.
—Peter y yo tenemos algo que decirles —miro a Peter a través de mis ojos llorosos—. Sé que esto va a ser una sorpresa, pero traten de entender…
Este tiene que ser uno de los días más duros en la vida de Peter. Mientras se está liberando de la culpa, la realidad incrimina a su hermana a la misma vez. —No fui yo quien golpeó a Mariana —dice.
Se aclara su garganta.
—Uhm… —sostiene mi mano con fuerza—. Fue Eugenia.
—Estás mintiendo.
—No lo hace, mamá —le digo.
—¿Por qué? —pregunta mi mamá, lágrimas están cayendo por su cara. Estoy llorando, también.
Peter se encoge de hombros. —Pensé que podría manejarlo mejor que Eugenia. Pensé que le estaba evitando pasar algo que la arruinaría. Yo podría manejar ir a la cárcel, pero mi hermana no. Todo esto se volvió como un espiral fuera de control, y me di cuenta de que estaba equivocado, pero ya era demasiado tarde —él me mira—, y Mariana quedo atrapada en medio de toda esta situación.
Lou sale de la habitación por un minuto, luego reaparece con una caja de pañuelos de papel. Le pasa algunos a mi mamá. Ella toca ligeramente sus ojos con el pañuelo. —Esto es mucho para asimilarlo Mariana, ¿sabías sobre esto?
Asentí.
—¿Cómo pudiste no decirme nada? Soy tu madre.
—No lo averigüé hasta justo antes de que Peter se fuera. No dije nada porque quería que Peter fuera el que lo revelara. De algún modo sentía que ese era su secreto y que él tenía que contarlo. Además, estaba desesperada por parar de revivir el accidente. Quería que se acabara. Tenía que seguir adelante por mi propia cordura —miré al chico que llenó el vacio en mi vida—. Peter me ayudó a entender que no podía dejar de vivir por mi discapacidad.
Mi mamá sacude su cabeza. —Necesito tiempo para digerir esto. Es solo que es… demasiado para mí. Necesito estar sola ahora mismo.
Se apresuró hacia las escaleras. Un minuto más tarde, escuché la puerta cerrándose, y doy un respingo. Nunca quise lastimarla o hacerla sentir traicionada por cualquiera de nosotros. El programa de Re-COMENZAR realmente trajo a casa el hecho de que los accidentes afectan a muchas personas… son como las avalanchas, afectando a todos y todo a su paso.
Miro hacia Lou. —Lo siento. No quise molestarla.
—Lo sé. Creo que le tomará un tiempo asimilarlo. Dale un poco de tiempo y se recuperará —Lou se gira hacia Peter—. fuiste muy valiente al volver aquí.
—No me siento valiente ahora mismo. Mi vida familiar es un desastre, y tengo a dos tipos quedándose en la casa de mis padres conmigo porque están lidiando con la misma clase de secuelas con las que estoy lidiando yo.
Lou se detiene por un momento, entonces sonríe.
—Tengo una proposición para ti —le dice a Peter—. La casa de mi madre está vacía. Si tú y tus amigos quieren quedarse ahí por un tiempo, y pagan suficiente alquiler para cubrir las utilidades y los impuestos de la propiedad, es tuya.
—¿Habla enserio, señor? —pregunta Peter, completamente sorprendido.
Lou asiente. —Sé que mi madre pensaba que eras un buen chico y quería ayudarte. Creo que es el destino; es de la forma en que mi madre lo hubiera querido. ¿Qué dices?
Peter sacude la mano de Lou enérgicamente.
—Diría que ha hecho un trato.
Cuando estoy caminando con Peter de regreso a su casa así podríamos pasar tiempo con Eugenia y darle las buenas noticias a Lenny y Julio, Peter dice: —Lou es un buen tipo.
—Lo sé. Espero que mi mamá supere el miedo a amar a otro hombre que no sea mi papá.
—¿Cuáles son tus miedos? —pregunta—, sobre nosotros, quiero decir.
—Después de hoy no tengo ninguno, porque… —le doy la respuesta honesta, la que he guardado durante mucho tiempo—, porque te amo.

2 comentarios:

  1. ownnnnnnnnnnnnnnn el final me mató...
    finalmente la felicidad, todo vuelve a su lugar
    más nove

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  2. La madre d Mariana también tiene k asumir los hechos ,y con la ayuda d Lou,k buen tipo resultó ser ,al igual k lo fue su madre.

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