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Peter.
Después de que le pedí a Mariana que fuera mi novia, ella lucía
nerviosa.
—¿Qué hay sobre tus padres, mi mamá… y Eugenia? —sus cejas se
fruncen con preocupación. Mariana y yo no somos nada como Luna y Jaime. Creo
que mi antiguo mejor amigo y mi ex novia se hacen más débiles el uno al otro. Mariana
y yo juntos somos un equipo fuerte. —Les diremos sobre nosotros. Sus ojos se
amplían. —¿Recuerdas cuan molestos estaban la última vez? No puedo. —Tal vez tú
no puedas, pero juntos podemos —me inclino y la beso en los labios—. No tengas
miedo.
Cuando me alejo, nuestros ojos se encuentran. Esta es la chica de
la que extraigo fuerza. Ha conseguido más poder de lo que piensa, y me enseñó
la definición de resiliencia2 Una pequeña sonrisa cruza sus labios. —¿De verdad
crees que podemos hacerlo? —Sí, lo creo —Por ahora, lo hago.
2 Es
la capacidad de una persona para seguir proyectándose en el futuro a pesar de
acontecimientos desestabilizadores, de condiciones de vida difíciles o de
traumas a veces graves.
En la tarde, decidimos encontrarnos en el parque después del
anochecer. Mariana todavía está nerviosa sobre contarles a las personas sobre
nosotros. La luz de la luna brilla sobre su hermoso rostro mientras se acerca a
mí. Pongo mi brazo a su alrededor y caminamos en silencio. —¿Qué va a pasar
después de que me vaya a España? —finalmente pregunta.
Su viaje es como tirar una llave inglesa al plan de novia3. Pero ¿no
puedo simplemente vivir el presente y no preocuparme sobre el futuro? —No lo
sé, supongo que lo averiguaremos por el camino. Mariana junta de golpe sus
labios y mantiene su barbilla alta. Parece lista para un desafío. Por primera
vez desde siempre, siento como que soy capaz de estar en Paradise. Acaricio su
hombro y lentamente arrastro mis dedos por su brazo hasta que nuestros dedos se
tocan. Adoro cuando la toco y escucho su respiración más fuerte y más rápida.
Es totalmente excitante. Me hace querer ver cuánto puedo complacerla. —Desearía
que regresáramos a la cabaña en este momento. —Yo también —susurra—. Te besaría
toda la noche. Me rió entre dientes. —Tengo que ser honesto contigo, Mariana.
Trataría de hacer mucho más que besarnos. Me gusta simplemente estar con Mariana,
hablar con Mariana, hacer cosas con Mariana… pero también me gusta perder el
tiempo con Mariana. Me vuelve loco que no se dé cuenta de cuánta atracción
sexual tiene. Eso trae una tímida sonrisa a su cara. —Me gustó lo que hicimos
en la cabaña. Fue difícil dejarte en la mañana. —Dime lo que te gustó. Tú
sabes, así lo sabré para la próxima vez. —Soy demasiado vergonzosa —miro cuando
se mordisquea el labio, entonces levanta su cabeza hacia un lado, pensando.
Ella se da la vuelta para encararme—. Uhm… ¿qué pasa si te lo muestro? Esta
chica nunca deja de asombrarme. Mientras más cómoda está con nuestra relación,
más sale su espíritu lleno de vida. —Muéstrame.
Sin dudar, se inclina hacia adelante y lleva su cara directamente
en frente de la mía. Esperando que nadie pueda vernos, agarro su trasero y la levanto
contra el árbol.
3 En
inglés original, throw a monkey wrench into, significa “la causa de que algo
falle”.
—¿Estás bien? —murmuro.
—Mmm —sus piernas instintivamente van a mí alrededor, y me
presiono contra ella mientras gime contra mis labios.
Maldición, sus besos son calientes y sexys. Siento su energía y su
ansiedad como si fueran mías. Definitivamente no tengo que esperar mucho esta
vez para que su lengua salga y juegue con la mía. Cuando sus suaves manos
alcanzan bajo mi camisa y juegan con la pretina de mis vaqueros, se siente tan
diferente a lo que ha sido con cualquier otra chica. Seguro, deseo a Mariana.
Pero me pone nervioso, porque también la amo. La amo por todo lo que es y
quiere ser. Me desafía a perdonar a otros. Es mi mejor amiga. Ese pensamiento
es humillante.
—Consíganse un cuarto —escucho decir a una voz detrás de mí.
Maldición. Un día Mariana y yo vamos a conseguir algún tiempo a
solas, incluso si tengo que ahorrar dinero para llevarla al Lago Geneva o a
Rockford por un fin de semana como solían hacer mis padres.
Doy un gruñido frustrado cuando miro al engendro de Satanás, que
solo puede ser llamado Lenny. A quien no estaba esperando era a mi viejo
compañero de celda Julio que estaba de pie detrás de él.
Gentilmente suelto a Mariana y permanezco en frente de ella. En un
penoso intento de protegerla de las burlas de Lenny, pero fuimos pillados en
una clase de posición comprometedora.
—Hey, ¿qué estás haciendo aquí? —le pregunto a Julio.
—Pensé en devolverte una pequeña visita.
Asumí que volvería a Chicago cuando fuera soltado, para ver a su
familia y salir con viejos amigos. Realmente nunca creí que vendría a verme.
Oh, hombre, ¿qué va a pensar Mariana de Julio? Estoy un poco
agradecido de que esté oscuro, así no ve todos sus tatuajes. Su cabeza afeitada
lo hace ver como un tipo rudo, pero sus locos tatuajes son aún más
intimidantes.
—Mariana, este es Julio. Compartimos una celda cuando estaba en el
DOC.
—Gusto en conocerte —dice Mariana, extendiendo su mano y
sonriendo.
Julio le da un golpe con la mano y la sacude como si fuera de sus
chicas del barrio. Estoy divertido de que ella ni siquiera parezca perturbada.
Julio asiente a nuestra obvia apariencia despeinada. El cabello de Mariana es
un lio por pasar mis dedos por él, y creo que de algún modo se las arregló para
conseguir bajarle la cremallera a mis pantalones sin ni siquiera darme cuenta.
—Disculpa por interrumpir lo que sea que ustedes dos estaban
haciendo… o por hacer. Siempre que tenga un grupo de séquitos, bien puedo
imponer una línea. —La próxima vez, si cualquiera de ustedes me ve besándome
con mi novia, simplemente finjan que no existimos y se van. —¿Novia? —pregunta
Lenny—. ¿Desde cuándo se convirtió en oficial? —Desde ahora —dice Mariana. —No
puedo creer que hayas venido aquí solo por una visita —le digo a Julio. Julio,
como siempre luce y actúa genial. En su vecindario, los chicos tienen miedo de
echarlo a perder alrededor de tipos que tienen una forma de andar arrogante.
Juegas el juego y no interfieres con él. —Sabes que no me gusta tomar nada de
nadie, pero necesito un lugar para quedarme. Si solo estuviera sobre mí, no hay
problema. Julio no es tan loco como parece, y estar aquí es un signo de que
está rompiendo los lazos con su pandilla. —Tengo que preguntarle a mi papá.
Encontraremos una solución. Caminamos hacia mi casa. Todo el tiempo estoy
pensando sobre cómo voy a darle la noticia a mi papá de que hay otro amigo mío
que necesita un techo sobre su cabeza. Demonios, justo estaba consiguiendo
prepararme para darle la noticia de que Mariana y yo somos pareja. Ahora tengo
que lidiar con Julio necesitando un lugar para quedarse. Me siento como un
intruso o un invitado en mi propia casa, como sea. Llevar a un segundo chico al
azar para quedarse puede causar que mi papá se vuelva loco. Mariana aprieta mi
mano. En un mensaje silencioso de que todo estará bien. De algún modo le creo.
Al final todo estará bien. Pero la valla tiene que ser saltada primero. Cuando
llegamos a mi casa encontramos a mi hermana viendo la televisión en la sala de
estar. Parece sorprendida cuando los cuatro entramos. —Hola —dice mientras
apaga la televisión. Su atención inmediatamente va hacia Julio.
—¿Sup?4 —dice, asintiendo hacia ella.
4 Es
un forma de saludo, similar a “¿Qué tal?” O “¿Cómo estás?”
—Eugenia, este es Julio. Julio, Eugenia.
—Hola —dice ella.
—¿Dónde está papá? —le pregunto.
—Mirando la televisión en su cuarto o durmiendo.
Debería haberlo sabido.
—Volveré enseguida —les dije a todos, luego subí los escalones de
dos a la vez y toqué la puerta de la habitación de mis padres.
—Pasa.
Abrí la puerta y encontré a mi papá acostado sobre su gran cama
tamaño familiar viendo televisión. La apaga cuando me ve entrar en su cuarto.
—Hey, papá.
—¿Te divertiste esta noche? —pregunta.
Pienso en Mariana y en mí. No sé lo que nos espera en el futuro,
pero me siento bien con eso. Me siento mejor de lo que nunca me he sentido
sobre nosotros, de hecho.
—Sí. Me divertí, gracias. Escucha, tengo que pedirte un favor.
Este chico con el que me alojé en el reformatorio está de pasada —aclaro mi
garganta, porque ya no sé como continuar para pedirle otro favor a mi papá—.
Necesita un lugar para pasar la noche.
—¿Por cuánto tiempo? —pregunta Papá. No puedo leer su reacción,
así que voy con cuidado. Estoy a su misericordia aquí. Es su casa. Apenas antes
de que dejara Paradise había dicho que o seguía sus reglas o me iba. Me fui,
porque no podía fingir ser el hijo perfecto cuando claramente no lo era.
—No lo sé. Algunos días, tal vez.
—Tenemos objetos de valor. A tu madre no le gustaría, Peter.
—Mamá no está aquí —le digo.
—¿Qué hay sobre Eugenia? —dice papá—. Ella es casi tan frágil como
tu madre.
El piso cruje, alertándonos que alguien más está en la habitación.
Es Eugenia.
—Deja que se quede, Papá.
—¿Por qué?
—Porque es lo correcto. Necesita un techo sobre su cabeza, y
nosotros tenemos uno —ella me mira y me da una pequeña sonrisa, como si
estuviéramos juntos en esto.
—Bien. Puede quedarse —me dice—. Peter, te hago responsable si
algo es robado. Y solo puede quedarse unas noches y eso es todo. Aunque su
madre no esté aquí ahora, esta es nuestra casa y tenemos que respetar la forma
en que ella querría que fuera.
—Gracias, papá —estoy a punto de bajar por las escaleras, pero
tengo que sacar algo de mi pecho primero. Miro a Eugenia, luego a mi papá—.
Solo quiero que ambos sepan que Mariana y yo vamos a estar pasando un montón de
tiempo juntos las próximas dos semanas.
—No creo que eso sea una buena idea —interviene mi padre—. Ella es
la razón por la que fuiste a la cárcel, Peter.
Miro directamente a mi hermana y digo.
—Mariana no es la razón por la que fui a la cárcel, Papá. ¿Cierto,
Eugenia?
—No sé de lo que estás hablando —masculla Eugenia. Se retira
rápidamente y desaparece por el pasillo.
—¿Qué estás pensando, Peter? —pregunta mi papá—. Estás poniéndote
a ti mismo en problemas por jugar con Mariana. Estás arruinando tu vida.
—Estás equivocado, Papá. Estoy tratando de arreglarla.
dios espero que todo este bien tambien...
ResponderEliminarmás nove
Al menos habla con su padre,y este parece querer una buena unión x lo k cede a k se quede también Julio,quizás su padre espera k ahora Peter se quede en casa.
ResponderEliminarFeliz día internacional d LA PAZ.
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