Y BUENO NOS VAMOS ACERCANDO AL FINAL QUEDAN 8 CAPITULOS NOMAS QUE LO DIFRUTEN BESOSS
Mariana.
Vi a Luna y a Peter irse juntos del restaurante, pero no esperaba
encontrármelos abrazados íntimamente en el estacionamiento. Mientras
caminábamos afuera de Dusty’s no pude evitar quedarme mirándolos.
Luna está mirando a Peter. Peter la está mirando a ella.
De repente, no me siento bien.
Si él acerca su cabeza un poco más, ellos van a besarse. Miro
hacia el suelo de gravilla. Si él la besa, yo podría terminar lanzándoles una
roca.
Para ya, Mariana.
Está bien, necesito controlarme. Peter y yo nos alejamos
amigablemente. Por encima de todo, somos amigos. Y me siento aliviada de que
finalmente haya regresado a Paradise porque su familia lo necesita.
Regresamos a mi casa y conversamos durante un rato, hasta que
Robert comienza a bostezar y Matt los lleva a él y a Becca a casa. Mientras me
estoy despidiendo de ellos, Luna llega en su pequeño auto deportivo y se
estaciona justo en frente de la casa de Peter. Ella sacude su cabello rubio
hacia su espalda con un delicado movimiento de muñeca. Las hebras caen en
perfectas ondas a los lados de su rostro y terminan en perfectos rulos en las
puntas.
Ella ni siquiera mira en mi dirección cuando camina hacia la
puerta de Peter y toca su timbre en medio de toda su sexy gloria.
Trato de no prestarle atención mientras él abre la puerta y la
deja entrar, pero no puedo evitarlo. Los viejos hábitos son difíciles de dejar
atrás.
Después de que Matt se aleja con Robert y Becca, tengo la urgencia
de tocar el timbre de la puerta de Peter y luchar por él como Lou está
haciéndolo por mi madre.
En su lugar, me siento en los escalones de la entrada a mi casa y
pienso. Y espero.
Y espero.
¿Qué es lo que estas
esperando, Mariana? Me pregunto a mí misma.
Me paro y me dirijo hacia adentro sintiéndome rebelde. Me alisto
para irme a la cama, entonces miro hacia afuera. El auto de Luna sigue
parqueado afuera.
Maldición.
Hablo con mi madre sobre lo que hice esta noche y miro hacia
afuera de nuevo.
Por supuesto, el auto deportivo sigue allí.
Doy vueltas toda la noche, resistiendo las ganas de mirar fuera de
mi ventana, y confirmar si Luna ha pasado la noche con él.
Justo ahora, desearía que Peter y yo no viviéramos al lado del
otro.
En la mañana el auto se ha ido. Peter está sentado en su porche
cuando yo salgo, camino al súper mercado.
—Hola —digo secamente cuando él me ve.
—Hola —responde él.
Me dirijo hacia mi auto.
—¿Pasaste una buena noche?
—Sip. ¿Tú?
—La mejor. Robert es increíble.
—¿Estás tratando de ponerme celoso?
—¿Por qué? ¿Te sientes celoso?
—No me gustó ver sus manos sobre ti.
—El es mi terapeuta físico —digo yo—. Simplemente estaba tocando
mi pierna.
Peter salta de su porche y se dirige hacia mí.
—No importa, sigue sin gustarme.
No puedo evitar preguntarle.
—¿Qué fue lo que realmente te hizo volver a Paradise? ¿Fue por Luna?
—No, fue por Lenny, mis padres, mi hermana —él se encoje de
hombros—. Por ti.
—¿Podemos caminar un poco? —pregunto, guardando mis llaves en mi
bolso. Sin hablar, avanzamos uno al lado del otro. Instintivamente, nos
dirigimos hacia el Parque Paradise.
—Yo estaba lista para dejarte ir. Había decidido seguir adelante.
—Lo sé.
—Y entonces te vi abrazando a Luna anoche. Cuando la vi entrando a
tu casa… nunca me había sentido más posesiva en toda mi vida.
—No tienes por qué —dice él—. Ella va a casarse con Jaime en dos
semanas. Están comprometidos.
—Creo que ella aún quiere estar contigo.
—Bueno, eso no va a pasar. Anoche no pasó nada. Hablamos. Eso fue
todo.
Nos detenemos cuando llegamos al gran roble. Peter y yo nos
besamos aquí por primera vez. Nunca olvidaré cuan sola y perdida me sentía
hasta ese beso. Ese beso me cambió.
Él me cambió.
—Este es nuestro árbol. Lo sabes.
—Tú solías escalarlo hasta que te partiste el brazo cuando te
caíste. Yo estaba mirándote desde lejos cuando pasó —me rio de repente—. Yo
siempre te estaba mirando. Tú me gustaste durante tanto tiempo.
—¿Por qué?
—Porque tú eras popular, inteligente y guapo y no te daba miedo
nada ni nadie. Cuando Eugenia y yo te obligábamos a ver nuestros shows de
baile, tú pretendías estar interesado. Nunca fuiste egoísta. Cuando te echaste
la culpa por la estatua del búho de tu madre que yo rompí, te convertiste en mi
héroe. Adoraba observarte, incluso cuando en ese entonces tú no me notabas.
—¿Y ahora?
Me siento en el suelo con mi espalda apoyada contra el árbol.
—Sigo sin poder quitar mis ojos de ti. Dios, si mi madre supiera
que estoy aquí contigo admitiendo lo que acabo de admitir, tendría un ataque.
—¿Quieres saber que descubrí anoche?
—¿Qué extrañas tener a Luna en tu vida?
—No —él se arrodilla en el suelo. Frente a mí—. Extraño tenerte a
ti en mi vida. Tú eres mi mejor amiga, Mariana. Llámame loco, pero quiero que
seas mi novia…
Oh, Dios, cuantas veces soñé con este día. Pero ahora es demasiado
tarde, ¿verdad? Me acerco, y tomo su hermoso rostro entre mis manos.
—Peter, me voy en dos semanas. Voy a estar lejos durante casi un
año.
—Lo sé. Pero ahora mismo estamos aquí. ¿Verdad?
Él se ve determinado, como si estuviera seguro de que podemos
hacer esto.
—¿Por qué no probamos ser una pareja durante las próximas dos
semanas? No pensemos en lo que va a pasar después de eso. ¿Qué dices, Mariana?
Los dos estaban celosos.Mariana le cree cunando le dice k no pasó nada con Luna .Le pide k sean novios ,y no le importa k ella se vaya a España en tan solo dos semanas ,quizás Peter ya se siente capaz d estar con ella y esperarla hasta k vuelva,ohhhhhhhhhhhhhhhhh,tenga pensado irse con ella,¡¡k bien podría ser!!.
ResponderEliminar