Lali estuvo a punto de decirle que eso no le importaba pero cambió de idea y asintió.
—Sí, me lo ha pedido.
—No pierde tiempo —acotó Peter con burla.
—Es culpa tuya —sonrió Lali—. Teme que te no te aguante mucho tiempo y que me vaya como todos los demás. Lo que me recuerda... —dijo sentándose en la cama—, que he ganado la apuesta; he durado más que las otras.
—Cierto. Te has pegado aquí como una verdadera sanguijuela —observó con dureza—. Y ahora supongo que querrás un premio...
—Mm, pero todavía no he decidido qué. Tendré que pensarlo y cuando decida algo... conveniente, te lo haré saber.
Dijo con sorna y él la miró con furia.
—¿Crees que eres muy lista, verdad? Pero sé que el único motivo por el que te has quedado es porque todo esto satisface tu orgullo; crees que me tienes en tu poder. Pero un día cambiaré las posiciones y no podrás escapar.
—Lo dudo mucho —rió Lali—. Mientras sigas metido en esa cama, no podrás hacer nada al respecto.
—No estes tan segura —la amenazó.
Lali sonrió y caminó hacia la puerta, pero Peter le preguntó:
—Bueno, ¿has aceptado?
—¿Aceptar? —Lali se volvió y fingió no saber de qué le hablaba. Peter la miró con furia y Lali agregó—: Ah, te refieres a maximo recca. Bueno... aunque no es de tu incumbencia, pero... sí, he aceptado. Saldré a cenar con él el sábado.
A partir de entonces, las cosas entre ellos se hicieron más tirantes. Peter la aguijoneaba hasta lo imposible; le recordaba que sólo hacía los ejercicios para volver a competir, le exigía que le comprara todas las revistas de coches, golpeaba el suelo con un bate de criquet cuando ella estaba en el estudio y la llamaba por teléfono cada diez minutos para exasperarla.
Lali soportaba todo con estoicismo pero se preguntaba por qué no había recurrido antes a estos extremos... ¿sería que al principio no le molestaba tanto verla allí?
Al aproximarse el sábado, las cosas empeoraron, sobre todo porque Peter empezó a despertarla por la noche para pedirle que recogiera una almohada o que le llevara un poco de agua. El viernes por la noche, Agus y los veteranos de las carreras pasaron la noche con él, lo que le dio a Lali un descanso, pero cuando se marcharon y Agus le preparó para dormir, la volvió a llamar.
—¿Qué pasa ahora? —inquirió Lali cansada. Se había ido a la cama para acostarse temprano e iba en camisón y bata.
Peter la miró y sonrió con satisfacción cuando trató de reprimir un bostezo.
—Quiero algo para leer —solicitó de manera irritante.
—Claudia te trajo seis libros ayer.
Pero era un error discutir con Peter cuando pitaba de ese humor; siempre tenía una respuesta para todo.
—Ya había leído dos y los demás no me gustan. Son demasiado pesados, quiero algo divertido.
—Entonces lee una revista —aquello era como discutir con un niño malcriado.
—Ya he leído todo lo que hay aquí —dijo con petulancia—. Ve a mi estudio y tráeme una novela de P.G. Wodehouse.
—¿Cuál?
—La que sea. Usa tu sentido común.
Lali le miró enfadada, pero le obedeció y volvió con cuatro libros, para que no se quejara.
—Aquí están. Y si me vuelves a llamar, no vendré.
—¿Y si me siento mal o me caigo de la cama?
—Pues tendrás que quedarte en el suelo —contestó con brusquedad—. Voy a dormir.
—No, quédate. Quiero que hablemos un rato —su voz cambió—. Hablame de tu vida desde que rompimos. ¿Has hecho esto desde que me abandonaste?
—¿Ser enfermera? —contestó ignorando el doble sentido—. Sí.
—¿Y te satisface?
—No lo describiría así. Es mi profesión, mi forma de ganarme la vida. A veces es muy pesado pero...
—¿Qué quieres decir?
—A veces los pacientes no tienen recuperación y llega un momento en que ellos mismos se dan cuenta —hizo una pausa, sumergida en los recuerdos y luego continuó—: Entonces se vuelve muy difícil...
Peter frunció el ceño y dijo:
—¿Y otras veces?
—Ya te dije que es mi trabajo. Hay pacientes que son muy amables y otros —miró a Peter de forma significativa—, que son muy difíciles.
—Y supongo que me clasificas dentro de estos últimos —sonrió con sarcasmo.
-Oh, no —replicó con dulzura—. En los difíciles, no... en los testarudos.
—¿Y tus enfermos son mixtos... o todos son hombres?
—No, cuido a cualquiera que la agencia juzgue que puedo atender.
—Pero apuesto a que tienes mejores resultados con los caballeros.
Lali se puso tensa.
—¿Qué se supone significa eso?
comentarios aqui o en twitter: @pupy_angelita
chicas no se q pasa pero no puedo sacarle el resaltador lo siento
me encantò el capitulo,mas noveeeeeeee!!!
ResponderEliminarBesos
@porLali_ITALIA
mas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarK mal k se lo hace pasar toda la semana,pero ahora tiene d su propia medicina,el orgullo d hombre.
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