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viernes, 23 de marzo de 2012

triunfo del amor capitulo 5 cuarta parte

—¿Qué piensas? —preguntó la señora mientras Lali condu¬cía—. Peter ha invitado a alguien para que le visite, y se quedará toda la noche. ¿No es maravilloso?
—Fantástico —asintió Lali—. ¿Quién es?
—No me lo ha dicho, pero llegará el jueves, así que la señora Campbell y yo prepararemos un cuarto y haremos las compras ma-ñana.
—Yo iré a Aberton mañana, así que si te puedo traer algo dímelo —ofreció Lali.
—Bien. Te daré una lista.
La lista era bastante larga y Lali sólo había comprado la mitad cuando llegó la hora de encontrarse con maximo recca para comer. La estaba esperando en el bar y miraba la puerta. Sus ojos brillaban cuando la vio y se levantó a saludarla.
—Hola, Lali —dijo con calidez mientras le estrechaba la mano. Luego la sorprendió al besarle la mejilla.
—Oye —protestó la chica—. La gente empezará a imaginar co¬sas.
—¿Tan malo es? —bromeó él.
—No sabes cómo rumorea la gente en las ciudades pequeñas y los pueblos.
Le invitó a una copa y la miró extrañado ella se dirigió a una mesa lejos de la ventana.
—No pensaba que fueras del tipo de persona que le molesta lo que piensen los demás.
—Depende de lo que digan —replicó Lali con más brusque¬dad de la que quería. Respiró hondo—. Lo siento, no quería ser tan tajante. ¿Cómo estás? ¿Ocupado?
—No mucho. La mayoría de los pacientes se han recuperado de las enfermedades típicas de las vacaciones y todavía no han llegado las gripes del invierno.
—Debe de ser muy absorbente ser médico —comenzó a sentirse a gusto—. Me habría gustado serlo.
—¿Por qué no lo hiciste? —inquirió Max.
—No era lo bastante lista —se encogió de hombros—. Y me empeciné en ser fisioterapeuta. No me di cuenta de lo limitante que era hasta que me gradué.
—¿Por qué te hiciste enfermera particular en vez de trabajar en un hospital?
—Bueno, para empezar, pagan mejor. Y cuando empecé, nece-sitaba... alejarme un poco de lo que me rodeaba, cambiar de escena-rio. Y es agradable tener períodos de descanso entre trabajo y traba-jo.
—Y me imagino que el trabajo es mucho más fácil que en un hospital.
—Un paciente en vez de veinte. Eso es cierto. ¿Pero cuántos tienes tú?
—Cientos —rió Max—. Pero por fortuna no todos a la vez.
—No estés tan seguro —le advirtió en tono de broma—. Podría presentarse una epidemia.
—Bueno, si eso sucede, exigiré que te hagas mi enfermera prin-cipal —rió Max y le sonrió con calidez—. Conozco un asilo a unos kilómetros de aquí que busca una enfermera que reemplace a una que se va a casar dentro de tres meses. ¿No te interesaría? Podrías que¬ darte en esta zona.
—No, no creo —negó con la cabeza Lali—. Me gusta mi independencia.
Max la miró desilusionado pero después los dos hicieron un es-fuerzo por hablar de temas impersonales y el resto de la comida resultó bastante agradable.
A las dos, Lali se despidió amablemente pretextando que tenía que seguir haciendo las compras de Claudia. No quería verle de nuevo el domingo. Era obvio que le gustaba mucho y no quería que lo que había pensado como una amistad agradable y un medio para poner celoso a Peter, terminara en un compromiso. Era lo último que quería.
Una de las cosas que había en la lista era un par de pijamas para Peter. Se pasó un buen rato escogiendo y al final compró dos azul pálido con ribetes en azul marino. Por un momento, pensó decir que los envolvieran para regalo para dárselos ella misma, pero se arrepin-tió, pues no quería que se burlara de su obsequio... o que lo tomara como una señal de que todavía le amaba.
Lali suspiró pensando que Peter había reconocido que todavía le importaba. Intentaba convencerse de que se trataba tan sólo del rechazo inconsciente de aceptar la separación. En aquel entonces él no la tomaba en serio y le escribía a través de los abogados para hacerle regresar a su lado. Quizá aún la quisiera, todo lo que podía querer aparte de las carreras, pero estaba segura de que sólo trataba de hacerla volver porque no podía soportar el fracaso. Y era obvio que aquello había dañado su orgullo, Peter le había dicho que le importaba con furia y desesperación. Como si le hubieran arrancado contra su voluntad esa confesión.
Suspiró de nuevo sintiéndose muy confundida pero endureció su corazón pensando que nada había cambiado... sobre todo Peter. Por eso le había rechazado de nuevo. Y si había sido cruel con él, era por un miedo instintivo a que el pasado se repitiera. Era mucho mejor
decírselo a que empezara a creer que había vuelto para quedarse con él.
A Peter le gustaron los pijamas. estaba de buen humor ese día, hizo bien sus ejercicios y dejó que la señora Campbell limpiara a fondo su cuarto... aunque no hacía falta. Quiso saber lo que iba a comer y a cenar con su invitado al día siguiente y le ordenó a Agus que mantuviera alejados a los perros que ya estaban casi todo el tiempo en el dormitorio.
—Y sabes—exclamó Claudia con entusiasmo—, ha insistido en que pusiera flores en el cuarto de los huéspedes.

y estamos llegando ya a la parte mas interesante de la historia quedan pocos capitulo pero eso lo vemos mañana 
gracias por las firmas espero que les guste besosss

4 comentarios:

  1. quien serà ese invitado especial?Alguna chica? nooo no quiero terceros jajaja
    mas noveeeee
    Subì otro hoy?Porfiiiiiiii
    besos
    @porLali_ITALIA

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  2. Nooooo!!!! como que lo vemos mañana fur lo unico de todo el relato que no me gusto!!!!

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  3. haaaaaaaaaaaaaay me encanta la nove pero lo que no quiero es que hayga una terceraaaaaaaaaaaaa eeee no no y no pofavorrr

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  4. Si manda poner flores en el cuarto d invitados,parece evidente la tercera,en discordia.Igual lo hace ,x la nueva salida d Lali con Maxi,o xk vio en su charla algo d amor d Lali,hacia el,para picarla, y k sea ella la k esplote d una vez.

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