—Sí, pero Peter nunca se ha interesado por esas cosas. Siempre me dejaba los detalles a mí.
—O a mí —asintió la joven y se preguntó quién sería ese invitado de Peter. Quizá otro piloto de carreras. O... jadeó... alguno de sus promotores de carreras para ver si le apoyaría cuando caminara de nuevo. La sangre se le heló convencida de que estaba en lo cierto.
¿Qué otro motivo tenía para no decirles quién era? Empezó a sentir una gran indignación ya que sabía que Peter lo hacía para lastimarla. Pero aún no había ninguna garantía de que Peter volviera a conducir. Y ningún promotor sensato le ayudaría, mientras no volviera a andar.
Lali estaba bastante sarcástica cuando subió al dormitorio esa noche para asegurarse de que tenía todo lo que necesitaba. estaba haciendo un crucigrama en el periódico con el ceño fruncido por la concentración.
—Vaya, vaya —le regañó ella—-. ¿No deberías estar durmiendo ya para estar guapo mañana?
—¿Por qué dices eso si ni siquiera sabes quién viene?
—Me lo imagino —replicó con sorna.
—¿Sí? ¿Y quién crees que es? —Peter entrecerró los ojos.
Lali dudó un momento, pero se sentía tan segura que dijo:
—Alguien que tenga que ver con las carreras, claro.
Peter se relajó y sé acomodó sobre las almohadas sonriendo un poco.
—Bueno, ¿no lo es? Después de todo, ¿qué otros amigos tienes? Todo tu mundo eran las carreras —se sentó en el borde de la cama y miró a Peter—. Quieres volver a competir. Y creo que esperas que el que venga mañana te ayude.
—Eso es fascinante. ¿Y quién supones que es mi invitado... mi jefe de equipo?
—Posiblemente —hubo algo en la voz de Peter que la hizo dudar, pero pensó que estaba molesto porque le había descubierto, así que concluyó—. ¿O es un promotor?
—Ah —se rió—. Es irónico, ¿no? Trabajas para que pueda volver a andar y competir, y a la vez eso es lo que temes.
—Ya no me preocupa.
—¿No? —arqueó las cejas, incrédulo—. Pues cada vez que hablo de ello parece que te aterroriza.
—Y por eso lo dices tanto —observó Lali—. Pero te equivo¬cas. No temo por ti. Sólo detesto la idea de... que esto es una pérdida de tiempo. No tiene sentido pasar todo este sufrimiento para que vuelva a ocurrir otro accidente.
—Pareces muy segura de que volverá a suceder —comentó Peter.
—Sí, lo estoy. Porque sigues teniendo la misma actitud, la obse¬sión de ganar sin tener en cuenta los riesgos.
—¿Por qué dices eso? Siempre han dicho que yo era un piloto frío y sensato.
—Sí, lo fuiste... Pero no conducías de forma responsable el día que te estrellaste, ¿verdad?
—Te has vuelto toda una autoridad acerca de mi psique —se burló—. Me pregunto qué te hará pensar eso.
Lali dudó y se dio cuenta de que no podía traicionar a Agus.
—Lo vi por televisión —mintió la chica—. Ibas como un loco.
—No me digas que creíste que me iba a matar sólo porque tú me habías dejado —se burló Peter—. Para que lo sepas, tuve una pelea con el piloto qué conducía delante de mí, la noche anterior a la competición. Por una chica. Casi nos pegamos pero nos separaron y él juró que me sacaría de la carrera. No tenía intenciones de permi¬tírselo. Y cuando trató de obstruirme el paso, vi la oportunidad de adelantarle y me sacó de la pista deliberadamente.
Lali no le creyó. Si eso realmente hubiera sucedido después de una pelea en público, el otro piloto habría tenido que pagar una multa enorme. Así que tan sólo dijo:
—No solías ir a fiestas antes de competir.
—Ah, pero eso era cuando estaba casado contigo. No sé por qué tontería sentía que debía ser responsable... y fiel —añadió en un reto—. Pero una vez que los lazos se rompieron, quedé libre para hacer lo que me viniera en gana.
Ella le miró un momento y luego señaló con calma:
—No te creo. En absoluto.
—¿No? Yo a ti tampoco.
—¿Acerca de qué?
—Cuando dices que no temes que vuelva a competir —sonrió—. Ni siquiera soportas pensar en ello.
Lali se levantó al comentar:
—Te equivocas. Me daba miedo cuando estaba enamorada de ti. Ahora —se encogió de hombros—, puedes irte al demonio si te apetece.
Peter la miró con furia pero observó con suavidad:
—Bueno, averiguaremos la verdad cuando mi... huésped llegue mañana, ¿verdad? —la miró por un momento pero entonces rió, esta vez, realmente divertido.
Lali le dejó intrigada pensando qué le haría tanta gracia.
Lo descubrió a las doce cuando llamaron a la puerta y fue a abrir porque Claudia y la señora Campbell estaban ocupadas en la cocina. Por la ventana vio que llegaba un taxi, y pensó que la visita misteriosa de Peter había llegado. Abrió la puerta deprisa, preguntándose quién podría ser, pero se quedó inmóvil, fulminada, cuando vio en el um¬bral, no a un hombre, sino a una rubia atractiva.
—Hola —dijo la mujer con un agradable acento norteamerica-no—. Soy sol oviedo. Supongo que Peter me espera.
aqui otro capi mass espero que les guste gracias por las firmas besosss @pupy_angelita
yo sabia que era una mujer :( no quiero terceros, ya tienen demasiado problemas :(
ResponderEliminarmas noveeeeeeeeee
besos
@porLali_ITALIA
haaaaaaaaaaay nooo quero que sea una tercera mejor que ella ylos ayude a que esten juntos jajaja
ResponderEliminarmas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarmaaas perdon por n pasar ayer pero s me hizo imposible
ResponderEliminarno quiero a la rubia esa!!!
sandra
Rubia? Que vivan las morochas!!!
ResponderEliminarDespues d tanto picar a Peter,para k hiciese la rehabilitacion,y k el se ponga celoso x Maxi,Lali,no se da ni cuenta, k podria ser una mujer a quien el espera,justamente para pagarle con la misma moneda.
ResponderEliminarNo te lo dije,pero me encanta la foto del final d pag.Me gusta mucho la velocidad.Hoy Fernando Alonso ganador,subida al podium,en el primer puesto ,y lider del mundial.
ResponderEliminarSoy d ESPAÑA,siempre con Fernando Alonso.
ResponderEliminarme encanta españa quisiera conocer algun dia barcelona madrid tienen historias facinantes me algro que te guste fue lo q salio no soy muy buena con el phothoshop
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