traductor

English plantillas curriculums vitae French cartas de amistad German documental Spain cartas de presentación Italian xo Dutch películas un link Russian templates google Portuguese foro de coches Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

miércoles, 28 de marzo de 2012

novela: triunfo del amor capitulo 6 tercera parte

—Sí, está despejado —refutó Lali con tono frío—. De hecho, eres la primera persona a quien él ha pedido que venga.
—Pero no has perdido el interés, ¿verdad?
—Es un hombre difícil de olvidar —Lali se dirigió hacia la puerta—. Pero estoy segura de que eso no te preocupará.
—No, no lo haré... si decido que Peter es lo que quiero.
Lali se volvió, furiosa de pronto.
—Pero no juegues con sus emociones. Ya ha sufrido bastante.
—Bueno, por lo que sé, tú fuiste quien le hizo sufrir, así que no creo que debas ponerme condiciones —sol se acercó a abrir la puerta—. Agus está bajando así que me voy con Peter. Me dijo que volviera en seguida.
Lali cogió su chaqueta y llamó a los perros al salir. Caía una lluvia ligera, casi como una caricia que le mojaba el cabello. Tenía la sensación de que se había comportado como una tonta y que había caído en la trampa de Peter. Si deseaba ponerla celosa, lo había logrado, lo cual era estúpido. Ella no tenía ningún derecho de por¬tarse mal con sol. Pero la norteamericana le había hecho muchas preguntas acerca de Peter, como si sopesara si sería bueno regresar con él o no. Se había mostrado... superficial y vacía. Lali cogió un palo y lo tiró tan lejos como pudo y los perros corrieron a cogerlo. Maldita sol, pensó. Si lastima a Peter otra vez...
Cuando regresó con los perros el coche de max estaba en la puerta.
—Hola. esto es suerte. ¿Ibas a dar una vuelta? —salió del coche y la cogió de la cintura—. ¿Qué pasa? Pareces enfadada.
—¿Qué? No, nada. estoy bien.
—¿Seguro? Si te sientes mal, atiendo muy bien a mis enfermos que están en cama.
Lali sonrió al contestar.
—Si fuera tu paciente, tendrías que guardar Distancias.


—Es cierto. No, por favor no te pongas enferma; no quiero que otro médico examine esa hermosa garganta —ella sonrió—. Eso está mejor, pareces más contenta ahora.
—Ah, así que eso es un ejemplo de tus cuidados, ¿no?
—Por supuesto —la besó en los labios—. Y este otro... especial-mente para ti.
Los perros tiraron de ella y Lali dijo:
—Voy a dar un paseo.
—¿Puedes esperar diez minutos? Iré a ver a Peter y luego te acompañaré —dijo Max.
—Hoy no serás muy bienvenido, tiene una visita.
—¿De verdad? De todos modos, no creo que a su amigo le importe esperar fuera por unos minutos. No tardaré.
—No es un amigo, sino una amiga —aclaró Lali con tono de desapego.
—¿De verdad? —Max miró la ventana de Peter—. ¿Su esposa?
—No —sonrió Lali—. Una vieja amiga, creo. Una norteame-ricana.
—esto tengo que verlo —declaró el médico—. ¿Puedes esperar¬me?
—Los perros están muy impacientes. Voy a ir por el sendero y si quieres me alcanzas en el coche.
—está bien. Ve despacio —le aconsejó y la besó de nuevo.
Lali les quitó las correas y los animales se lanzaron con alegría por la arboleda. Los siguió andando deprisa hasta que perdió de vista el sendero. No es que no quisiera pasear con Max, sino que quería estar sola para pensar, para preguntarse por qué soportaba tanto. Peter se había recuperado lo bastante para no necesitar una enferme¬ra a tiempo completo, ya que Agus y Claudia le cuidaban. Todo lo que requería era que una fisioterapeuta fuera dos veces al día para darle terapia y ejercicios. Ella podía irse a Londres o coger otro caso. Pero, ¿sería eso mantener su promesa hecha a Claudia?
Con un suspiro, Lali se apoyó contra un árbol, sintiéndose desdichada. Sabía de antemano que ese trabajo no iba a ser fácil, y no podía irse precisamente cuando Peter comenzaba a mejorar. Cal¬culó cuánto tardaría él en volver a andar. Quizá en un par de semanas podría tratar de levantarse y luego dar unos pasos con unas muletas. Pero sabía que pasarían por lo menos un par de meses antes de que pudiera marcharse, si se quedaba a supervisar toda la recuperación. Uno de los perros le llevó el palo y Lali lo tiró de nuevo con toda su frustración y furia. Quería marcharse en ese momento porque no se creía capaz de soportar la mirada triunfante de Peter cuando fuera a darle la terapia vespertina. Era obvio que había aplicado la ley del Talión en ese juego de celos, y Lali no estaba segura de quién se había molestado más.


perdon el cole me tiene llena aca un capi mas gracias por las firmas @pupy_angelita

4 comentarios:

  1. espero la reconciliacion, aunque este jueguito de celos me gusta

    ResponderEliminar
  2. mas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

    ResponderEliminar
  3. mas noveeeeeeeeeee
    besos
    @porLali_ITALIA

    ResponderEliminar
  4. Lali esta mas celosa d lo k ella pensaba.Maxi, no ierde oportunidad d encararla.

    ResponderEliminar