—Peter, esto es ridículo. ¿Qué intentas demostrar? Suéltame, quiero irme a la cama.
—¿A una cama vacía? —se burló—. Seguro que no —le levantó la barbilla para que le mirara—. Siempre has sido una gatita muy sensual. Es lo primero que percibí en ti. Y eso aumentó cuando te di unas cuantas lecciones.
—Maldita sea, Peter, me estás haciendo daño. ¡Suéltame!
—Cuando haya terminado —la miraba a la cara, revisando cada uno de sus rasgos para recordar cómo la había visto cuando descubrió su sensualidad dormida—. Sí —murmuró—, te volviste una mujercita fogosa en la cama. En cuanto descubriste cómo era, no podías saciar¬te, ¿verdad?
—¡Cállate! No tengo que escuchar esto de...
Pero Peter le levantó la cabeza, interrumpiéndola.
—¿Y cómo te las has arreglado ahora? —inquirió con brusquedad—. ¿Cómo te satisfaces desde que me dejaste? ¿Tienes a otro . hombre... u hombres? ¿Y bien?
—¿Cómo te atreves a hablarme así? —Lali trató de pararse, pero Peter aún la sujetaba.
—Dímelo —dijo con franqueza—. Quiero saberlo.
—¿Por qué? ¿Para echármelo en cara?
—¡Así que ha habido otros! —afirmó él.
La apretó más y Lali tuvo miedo. Peter siempre había sido muy celoso en lo que concernía a sus propiedades. Como ella o su coche favorito. De pronto se calmó y respiró hondo, al darse cuenta de que había hecho surgir emociones más profundas de lo que había pensado al planear ponerle celoso. Por eso, contestó con frialdad.
—No tienes derecho a preguntarme cosas así. Ahora mi vida me pertenece. Si voy o no con otros hombres, no te importa. Soy libre, Peter, ya no te pertenezco. Tengo libertad de elegir igual que tú.
—Eres demasiado joven y atractiva para que no haya habido otros —sonrió él con humor.
—Bueno, gracias por el cumplido.
Como si se arrepintiera de haberlo dicho, Peter añadió:
—Sobre todo si te arrojas a ellos como has hecho con maximo recca.
—No intentes provocarme, Peter —le advirtió recuperando el autocontrol—. No voy a pelear contigo ni a contarte nada de mi vida íntima.
—«Tu vida íntima» —repitió él—. Pareces una actriz reservada —pero su humor cambió y añadió con voz débil—. Una vez tú fuiste mi vida... creía que siempre estarías en casa, esperándome —suavizó la expresión un momento—. Pero ahora, ¿qué eres...? ¿Alguien dis¬ponible para que cualquier hombre lo tome?
—¡Peter! —gimió de indignación pero sus palabras fueron calla¬das por la amargura de la voz de Peter.
Él le apretó el brazo y empezó a tirar de ella. Su cara angulosa estaba tensa y hubo un brillo frío en sus ojos.
—¿Pero te hacen gozar como lo hacía yo? —murmuró con fiere¬za—. ¿Te hacen suplicar más? ¿Te hacen llorar de dicha? —levantó la otra mano y se la puso en la nuca para acercarla.
—No, Peter. No. Por favor.
Trató de resistirse, pero él era demasiado fuerte y la acercó hasta que su furioso rostro estuvo tan sólo a centímetros del de la chica. Peter sonrió gozando del poder físico que ejercía en ella, pero sus ojos se ensombrecieron y la besó.
Al principio la única emoción de Lali fue de rabia y luchó contra él. Peter le acarició el cabello y sonrió mientras seguía besán¬dola. Desesperada, Lali le mordió el labio y Peter maldijo al probar su propia sangre. La apretó más y tiró otra vez de Lali, haciéndola caer en su regazo a merced de su furia y de sus labios hinchados que la forzaban a abrir la boca.
Lali, olvidando sus heridas, le golpeó en el pecho, emitiendo desarticuladas protestas que fueron cediendo lentamente conforme el deseo sustituía al enfado. Peter, no se dio cuenta de que ya no luchaba. La besaba con avidez, con la compulsión de un hombre que ha estado reprimido mucho tiempo.
Lali gimiendo, le rodeó el cuello con los brazos. Era como volver a casa después de haber estado lejos mucho, mucho tiempo. Se sentía bien. Tenía el corazón tan henchido de felicidad que casi le dolía y empezó a encendérsele el cuerpo mientras se ahogaba en el beso, sin volver a pensar en nada al verse sumergida en un mar candente de deseo y pasión.
Cuando al fin Peter levantó la cabeza, Lali se quedó tem¬blorosa junto a él, con los ojos cerrados y la boca suave y entreabier¬ta. Él la miró un momento y luego le desató la bata y hurgó bajo la tela del camisón hasta que encontró su seno. El contacto la estreme-ció y abrió los ojos para mirarle. Había sensualidad en las profundi¬dades azules y una esperanza brillando tras las espesas pestañas. Pero al mirar la cara de Peter vio un triunfo burlón y dándose cuenta de que lo único que pretendía era humillarla, la sensualidad y la espe¬ranza murieron para ser reemplazadas por un escalofrío de indigna¬ción.
Trató de levantarse, pero Peter la sujetaba todavía y la acarició con maestría mientras murmuraba con sorna:
—¿Ves cuánta razón tenía? Sigues tan ansiosa por hacer el amor como siempre. ¿Tus amantes te hacen sentir como yo? —inquirió con las facciones tensas.
Lali ya no sentía indignación sino una terrible tristeza que le comía el alma.
—El juego ha terminado, Peter. Déjame levantarme.
comentarios aqui o por twitter: @pupy_angelita
ay dios,peter està ciego xD
ResponderEliminarmas noveeee
Besos
@porLali_ITALIA
mas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarNo toda una hora leyendo toooodaaaa la novela y justo llego en este instante.... Esta genial.... la escribis vos? espero que la termines y no seas como muchas que simplemente dejan de escribir... Sabes que ya tienes a alguien nuevo pendiente de ver que sucede!!!
ResponderEliminarme algro que te guste y nbo en verdad es una adaptacion pero le agrego cosas mias y si no te preocupes la novela esta terminada ya
EliminarPobre Lali ,ella aun lo quiere ,y el solo pretende demostrarle k el la enseño,y se permite humillarla.
ResponderEliminar