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domingo, 6 de mayo de 2012

novela: un amor inolvidable capitulo dos segunda parte




Cuando estaba a punto de decirle que se acababa de enterar de la muerte de Natalie, escuchó ruido afuera y se puso de pie. La puerta del salón se abrió y una sonriente y regordeta mujer de unos cincuenta años entró, llevando de la mano a una niña pequeña.
La respiración de Mariana se aceleró. Esa era su sobrina... la hija de Natalie y de Peter. Mientras estudiaba a la pequeña, no soportó mirarlo a él y, en seguida, supo la razón por la que Na­talie la había nombrado tutora, y que su decisión no se debía a ningún sentimiento de afecto. Natalie la había odiado hasta el final. Estudió la pequeña cara, muy parecida a la suya: el cabe­llo rubio miel y el aire general de desesperación. Por alguna ju­garreta del destino, era más factible que Sophie pasara por hija suya que de Natalie, aunque, a diferencia de Mariana, la pequeña tenía los ojos negros.
Mariana frunció el entrecejo. Natalie tenía ojos azules y los de Peter eran color ámbar dorado. Nadie en ninguna de las dos fa­milias había poseído esa combinación de cabello rubio y ojos ne­gros aterciopelados, y aun así sus ojos le parecían familiares, tanto que se esforzaba en recordar.
Ya lo ves Sophie —exclamó la mujer—, te dije que tenias una visita —la niña no respondió y ni siquiera miró a Mariana. La señora le dijo a Peter:
—Tengo que ir a hacer unas compras, señor James. —Está bien, señora Lancaster. Supongo que ha preparado una habitación para nuestra visitante.
—El más grande de los dormitorios para invitados —le dijo la señora Lancaster a Mariana con una sonrisa y después se dirigió a Sophie—. Volveré a tiempo para el té, Sophie. Tal vez esta no­che tu tía te lea un cuento.
Otra vez no hubo respuesta. Mariana deseaba abrazar a la niña, pero parecía muy vulnerable, perdida y lastimada. Y compren­dió que sería mejor no acercarse a ella.
Mariana hizo un gesto de desagrado, al recordar que Peter ha­bía mandado preparar una habitación para ella. Debía decirle que pensaba quedarse en la antigua casa de su tía. Miró el reloj al recordar que aún tenía que recoger las llaves.
—¿Ya te has aburrido de estar con nosotros? —preguntó Peter
con sarcasmo.
Mariana vio cómo Sophie ocultaba su sobresalto al escuchar el tono de su padre, y se preguntó qué habría provocado esa reac­ción en la niña. ¿Acaso Peter había hablado a menudo con tono sarcástico a Natalie? Los niños se dan más cuenta de las cosas de lo que los padres creen. Pero Mariana, era incapaz de preguntar a Peter sobre su relación con su prima. ¿Sabía él por qué Natalie la había nombrado tutora?
Mariana lo miró con amargura. Quizá él sentía el mismo resen­timiento que Natalie porque su hija se parecía a ella. Se estreme­ció al pensar lo que Sophie podía haber sufrido en manos de Na­talie. Recordó los tormentos de su propia niñez y entonces se dijo que Sophie era la hija de Natalie y que, como de costumbre, su imaginación volaba.
Mariana levantó la cabeza y observó que Sophie la estudiaba aten­tamente, mientras se acercaba hacia su padre. Peter le cogió la mano con una sonrisa llena de seguridad y cariño. A Mariana se le hizo un nudo en la garganta y supo que, por lo menos, en una cosa se había equivocado. Era obvio que Peter amaba a su hijita... y mucho. En sus ojos había dolor y amor cada vez que mi­raba la pálida carita de Sophie.
—No sé por qué Natalie quiso que yo fuera su tutora —mur­muró Mariana.
—¿No lo adivinas? —preguntó Peter. Sophie se tensó y como si él adivinara su pena, dejó de hablar y sonrió a la niña. Des­pués continuó—. Es mejor que te muestre tu habitación.
—No será necesario —dijo Mariana con voz tranquila, mientras dirigía hacia él la sonrisa fría que reservaba para los hombres de­masiado listos. Por lo general, siempre tenía un gran efecto, pero Peter no parecía estar impresionado—. Me quedaré en mi anti­gua casa. Será mejor que me vaya a recoger las llaves. Me han mantenido la casa ventilada y limpia.
—¡Mariana! —había ira y amargura en la voz de Peter. Mariana vio cómo Sophie se tensaba otra vez. Peter debió notarlo tam­bién, porque se calló y le dijo a la niña—: Está bien, Sophie, no estoy enfadado —después miró a Mariana con amargura—. Tene­mos que hablar —le dijo a Mariana—, y será mucho más fácil ha­cerlo si permaneces aquí, pero te conozco lo suficiente como para saber que harás lo que quieras, como hiciste en el pasado —en los ojos de Peter brillaban la tristeza y el resentimiento—. Te acompañaré hasta tu coche.
Mariana estaba convencida de que su decisión era la más conve­niente. En su antigua casa podría hablar con Peter sin molestar a Sophie con los recuerdos.
Todo era muy extraño, pensó Mariana con tristeza. Durante años no había querido pensar en la hija de Peter y ahora que la veía, no sentía ni el resentimiento ni la pena que esperaba. Sophie era sólo una niña muy infeliz y vulnerable a quien deseaba ayudar y consolar, aunque sabía que el primer acercamiento tendría que venir de Sophie.
—No tengo coche —le dijo a Peter—. Si puedo dejar mi maleta aquí durante una hora, volveré a recogerla cuando tenga las llaves. Usaré el coche de mi tía para volver.
—Haz lo que gustes, Mariana —asintió con una sonrisa burlona—. Me ofrecería a llevarte, pero no puedo dejar a Sophie y a ella no le gusta ir en coche.
La cara 1e Sophie confirmaba lo que su padre decía: parecía tensa y asustada.
Mariana tardó en llegar al pueblo mucho más de lo que había calculado. Había olvidado que no era una adolescente y que ya no estaba acostumbrada a las caminatas diarias.
El agente de bienes raíces le expresó su preocupación cuando le comunicó sus intenciones.
—Pero, mi querida Mariana, la casa ha estado vacía casi dos años...
—Hice arreglos para que la mantuvieran limpia y aireada. —Lo cual hemos hecho, pero el techo se agrietó durante el invierno y necesita una reparación completa. Te escribí contán­dotelo —dijo como disculpándose, sin embargo Mariana notó el tono acusatorio de su voz—. Es imposible que uses el coche de tu tía. Dudo que puedas hacer funcionar el motor. Tengo una idea me­jor. Mi hermana tiene un coche pequeño y sé que no le importa­rá prestártelo. En este momento está en Grecia de vacaciones y no volverá en varias semanas. ¿Cuánto tiempo piensas perma­necer en Little Martin?
—Aún no estoy segura —Mariana aceptó su oferta del coche, pero no quiso que le reservara una habitación en la posada del pueblo. Por muy mal que estuviera la casa, estaba segura de que, al menos, podría pasar allí una noche. Al día siguiente decidiría dónde se hospedaría. Buscaría algún sitio cercano a la casa de Sophie, porque de no ser así, su visita no tendría objeto.
Después de recoger el pequeño Ford de Susan Bagshaw y de darle las gracias a Harold Davies, se fue a casa de Peter. Mariana había tardado más de lo que esperaba y su corazón empezó a la­tir con rapidez, cuando llegó a los alrededores de la casa. El re­cuerdo del beso de Peter hizo que su pulso se acelerara.
Con enfado, Mariana se dijo a sí misma que nunca más volvería a tener esos pensamientos. Él la había besado, pero había sido un acto reflejo. Sus verdaderos sentimientos hacia ella se revela­ron en su actitud, cuando estuvo despierto por completo. Pero, ¿qué le ocurría a ella? La habían besado muchos hombres desde que se fue de Little Martin, pero nunca había reaccionado como con Peter. Tal vez ahora que había vuelto a Little Martin, sería capaz de enfrentarse con el hecho de que nunca se había sobre­puesto al abandono de Peter y que sus sentimientos hacia él no habían muerto, sobre todo porque nunca se permitió pensar en lo sucedido. ¿Había vuelto sólo por el bien de Sophie o algún instinto, más hondo y poderoso que la lógica, la había traído de vuelta, obligándola a enfrentarse con el pasado, porque hasta que no lo hiciera no podría amar a otro hombre?
Ahora Mariana podía admitir eso y también lo vacía que ha­bía sido su vida. Todo lo que había deseado de la vida se lo habían arrebatado y se había visto obligada a buscar otras me­tas, pero, en el fondo, el éxito de su carrera nunca le importó. Los valores que le había inculcado su tía aún estaban intactos. En su corazón permanecía escondida la joven de diecinueve años, que quería un marido e hijos. La modelo se sorprendió al des­cubrir lo profunda que era esta necesidad. Pero Peter siempre se interponía, impidiendo que lograra una relación permanente con cualquier otro hombre. Molesta por dejar volar sus pensa­mientos, Mariana estacionó el coche y caminó hacia la puerta principal.
La modelo tocó el timbre y pasaron varios minutos antes de que Peter apareciera. Se había cambiado de ropa. Ahora lleva­ba una camisa de cuadros y unos pantalones vaqueros y casi pa­recía el Peter de hacía siete años. Mariana sintió cómo se le tensa­ban los músculos cuando la invitó a pasar. Al entrar, sus cuerpos se rozaron sin querer y Mariana sintió un espasmo. En seguida, volvió la cara para ocultar sus emociones.
—¿Qué ha pasado con el coche de tu tía?
—Harold creyó que no funcionaría y me prestó el coche de su hermana.
—¿Qué hiciste? ¿Le hipnotizaste con tus ojos verdes? Debes tener cuidado, Mariana, esto no es Nueva York. Aquí no está bien visto el robo de maridos.


CAPITULO EXCLUSIVAMENTE DEDICADO A DULCE QUE FUE LA UNICA EN FIRMAR! RECOMIENDEN LA NOVES!

7 comentarios:

  1. ME SUPER MEGA ULTRA IPER SUPER ENCANTO EL CAPITULO AHORA DIGO QUE TARADO PETER PORQUE LA TRATA ASI ESPERO QUE AHIGA UNA RAZON

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  2. ESPERO MAS CAPITULOS HOOYYYYYYYYYYYYYYYYYY PORQUE LA VERDAD PYPU QUE ESCRIBES INCREIBLE QUISIERA TENER ESE MODO DE ESCRIBIR ERES UNA GENIA

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  3. JAJAJAJAJ HAYYYYYYYYYY UN CAPITULO EXCLUSIVO PARA MI QUE EMOCIONNNN

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  4. Bueno perdon por no firmar antes, no estube en casa y leo muchas noves...
    Me gusto mucho el cap y quieroo maaas!!
    Beso,Anto

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  5. Ya tienes mi firma en los demas caps d esta nove,perdon ,me entretuve demasiado viendo caps d CA,y al no tener blog,ni tw,ni nada, no se cuando posteas,d ahora en adelante,entrare todos los dias,como Anto ,leo muchas novelas, y algunas veces se me pasa.Ahora leere la k yo misma te pedi Salir del paraiso.

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  6. Cuanto resentimiento tiene Peter.Si embargo Lali es d lo mas dulce.Intrigada x la situacion d ellos,y d como hara Lali para acercarse a Sophi,quizas sea la niña ,quien d el primer paso.

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  7. Creo que en esta historia hay bantante secretos, que me encantaria se supieran ya!!!

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