Cuando
estaba a punto de decirle que se acababa de enterar de la muerte de Natalie,
escuchó ruido afuera y se puso de pie. La puerta del salón se abrió y una
sonriente y regordeta mujer de unos cincuenta años entró, llevando de la mano a
una niña pequeña.
La
respiración de Mariana se aceleró. Esa era su sobrina... la hija de Natalie y de
Peter. Mientras estudiaba a la pequeña, no soportó mirarlo a él y, en seguida,
supo la razón por la que Natalie la había nombrado tutora, y que su decisión
no se debía a ningún sentimiento de afecto. Natalie la había odiado hasta el
final. Estudió la pequeña cara, muy parecida a la suya: el cabello rubio miel
y el aire general de desesperación. Por alguna jugarreta del destino, era más
factible que Sophie pasara por hija suya que de Natalie, aunque, a diferencia
de Mariana, la pequeña tenía los ojos negros.
Mariana
frunció el entrecejo. Natalie tenía ojos azules y los de Peter eran color ámbar
dorado. Nadie en ninguna de las dos familias había poseído esa combinación de
cabello rubio y ojos negros aterciopelados, y aun así sus ojos le parecían
familiares, tanto que se esforzaba en recordar.
Ya lo ves
Sophie —exclamó la mujer—, te dije que tenias una visita —la niña no respondió
y ni siquiera miró a Mariana. La señora le dijo a Peter:
—Tengo que ir a hacer unas compras, señor James. —Está bien, señora Lancaster.
Supongo que ha preparado una habitación para nuestra visitante.
—El más
grande de los dormitorios para invitados —le dijo la señora Lancaster a Mariana
con una sonrisa y después se dirigió a Sophie—. Volveré a tiempo para el té,
Sophie. Tal vez esta noche tu tía te lea un cuento.
Otra vez no
hubo respuesta. Mariana deseaba abrazar a la niña, pero parecía muy vulnerable,
perdida y lastimada. Y comprendió que sería mejor no acercarse a ella.
Mariana hizo
un gesto de desagrado, al recordar que Peter había mandado preparar una
habitación para ella. Debía decirle que pensaba quedarse en la antigua casa de
su tía. Miró el reloj al recordar que aún tenía que recoger las llaves.
—¿Ya te has
aburrido de estar con nosotros? —preguntó Peter
con sarcasmo.
Mariana vio
cómo Sophie ocultaba su sobresalto al escuchar el tono de su padre, y se
preguntó qué habría provocado esa reacción en la niña. ¿Acaso Peter había
hablado a menudo con tono sarcástico a Natalie? Los niños se dan más cuenta de
las cosas de lo que los padres creen. Pero Mariana, era incapaz de preguntar a Peter
sobre su relación con su prima. ¿Sabía él por qué Natalie la había nombrado
tutora?
Mariana lo miró con amargura. Quizá él sentía el mismo resentimiento que
Natalie porque su hija se parecía a ella. Se estremeció al pensar lo que
Sophie podía haber sufrido en manos de Natalie. Recordó los tormentos de su
propia niñez y entonces se dijo que Sophie era la hija de Natalie y que, como
de costumbre, su imaginación volaba.
Mariana levantó la cabeza y observó que Sophie la estudiaba atentamente,
mientras se acercaba hacia su padre. Peter le cogió la mano con una sonrisa
llena de seguridad y cariño. A Mariana se le hizo un nudo en la garganta y supo
que, por lo menos, en una cosa se había equivocado. Era obvio que Peter amaba a su
hijita... y mucho. En sus ojos había dolor y amor cada vez que miraba la
pálida carita de Sophie.
—No sé por
qué Natalie quiso que yo fuera su tutora —murmuró Mariana.
—¿No lo
adivinas? —preguntó Peter. Sophie se tensó y como si él adivinara su pena, dejó
de hablar y sonrió a la niña. Después continuó—. Es mejor que te muestre tu
habitación.
—No será
necesario —dijo Mariana con voz tranquila, mientras dirigía hacia él la sonrisa
fría que reservaba para los hombres demasiado listos. Por lo general, siempre
tenía un gran efecto, pero Peter no parecía estar impresionado—. Me quedaré en
mi antigua casa. Será mejor que me vaya a recoger las llaves. Me han mantenido
la casa ventilada y limpia.
—¡Mariana!
—había ira y amargura en la voz de Peter. Mariana vio cómo Sophie se tensaba
otra vez. Peter debió notarlo también, porque se calló y le dijo a la niña—:
Está bien, Sophie, no estoy enfadado —después miró a Mariana con amargura—.
Tenemos que hablar —le dijo a Mariana—, y será mucho más fácil hacerlo si
permaneces aquí, pero te conozco lo suficiente como para saber que harás lo que
quieras, como hiciste en el pasado —en los ojos de Peter brillaban la tristeza
y el resentimiento—. Te acompañaré hasta tu coche.
Mariana estaba
convencida de que su decisión era la más conveniente. En su antigua casa
podría hablar con Peter sin molestar a Sophie con los recuerdos.
Todo era muy
extraño, pensó Mariana con tristeza. Durante años no había querido pensar en la
hija de Peter y ahora que la veía, no sentía ni el resentimiento ni la pena que
esperaba. Sophie era sólo una niña muy infeliz y vulnerable a quien deseaba
ayudar y consolar, aunque sabía que el primer acercamiento tendría que venir de
Sophie.
—No tengo coche —le dijo a Peter—. Si puedo dejar mi maleta aquí
durante una hora, volveré a recogerla cuando tenga las llaves. Usaré el coche
de mi tía para volver.
—Haz lo que
gustes, Mariana —asintió con una sonrisa burlona—. Me ofrecería a llevarte,
pero no puedo dejar a Sophie y a ella no le gusta ir en coche.
La cara 1e Sophie confirmaba lo que su padre decía: parecía tensa y
asustada.
Mariana
tardó en llegar al pueblo mucho más de lo que había calculado. Había olvidado
que no era una adolescente y que ya no estaba acostumbrada a las caminatas
diarias.
El agente de
bienes raíces le expresó su preocupación cuando le comunicó sus intenciones.
—Pero, mi querida Mariana, la casa ha estado vacía casi dos años...
—Hice
arreglos para que la mantuvieran limpia y aireada. —Lo cual hemos hecho, pero
el techo se agrietó durante el invierno y necesita una reparación completa. Te
escribí contándotelo —dijo como disculpándose, sin embargo Mariana notó el
tono acusatorio de su voz—. Es imposible que uses el coche de tu tía. Dudo que
puedas hacer funcionar el motor. Tengo una idea mejor. Mi hermana tiene un
coche pequeño y sé que no le importará prestártelo. En este momento está en
Grecia de vacaciones y no volverá en varias semanas. ¿Cuánto tiempo piensas
permanecer en Little Martin?
—Aún no
estoy segura —Mariana aceptó su oferta del coche, pero no quiso que le
reservara una habitación en la posada del pueblo. Por muy mal que estuviera la
casa, estaba segura de que, al menos, podría pasar allí una noche. Al día
siguiente decidiría dónde se hospedaría. Buscaría algún sitio cercano a la casa
de Sophie, porque de no ser así, su visita no tendría objeto.
Después de recoger el pequeño Ford de Susan Bagshaw y de darle las gracias
a Harold Davies, se fue a casa de Peter. Mariana había tardado más de lo que
esperaba y su corazón empezó a latir con rapidez, cuando llegó a los
alrededores de la casa. El recuerdo del beso de Peter hizo que su pulso se
acelerara.
Con enfado, Mariana
se dijo a sí misma que nunca más volvería a tener esos pensamientos. Él la
había besado, pero había sido un acto reflejo. Sus verdaderos sentimientos
hacia ella se revelaron en su actitud, cuando estuvo despierto por completo.
Pero, ¿qué le ocurría a ella? La habían besado muchos hombres desde que se fue
de Little Martin, pero nunca había reaccionado como con Peter. Tal vez ahora
que había vuelto a Little Martin, sería capaz de enfrentarse con el hecho de
que nunca se había sobrepuesto al abandono de Peter y que sus sentimientos
hacia él no habían muerto, sobre todo porque nunca se permitió pensar en lo
sucedido. ¿Había vuelto sólo por el bien de Sophie o algún instinto, más hondo
y poderoso que la lógica, la había traído de vuelta, obligándola a enfrentarse
con el pasado, porque hasta que no lo hiciera no podría amar a otro hombre?
Ahora Mariana
podía admitir eso y también lo vacía que había sido su vida. Todo lo que había
deseado de la vida se lo habían arrebatado y se había visto obligada a buscar
otras metas, pero, en el fondo, el éxito de su carrera nunca le importó. Los
valores que le había inculcado su tía aún estaban intactos. En su corazón
permanecía escondida la joven de diecinueve años, que quería un marido e hijos.
La modelo se sorprendió al descubrir lo profunda que era esta necesidad. Pero Peter
siempre se interponía, impidiendo que lograra una relación permanente con
cualquier otro hombre. Molesta por dejar volar sus pensamientos, Mariana
estacionó el coche y caminó hacia la puerta principal.
La modelo tocó el timbre y pasaron varios minutos antes de que Peter
apareciera. Se había cambiado de ropa. Ahora llevaba una camisa de cuadros y
unos pantalones vaqueros y casi parecía el Peter de hacía siete años. Mariana
sintió cómo se le tensaban los músculos cuando la invitó a pasar. Al entrar,
sus cuerpos se rozaron sin querer y Mariana sintió un espasmo. En
seguida, volvió la cara para ocultar sus emociones.
—¿Qué ha
pasado con el coche de tu tía?
—Harold creyó que no funcionaría y me prestó el coche de su
hermana.
—¿Qué
hiciste? ¿Le hipnotizaste con tus ojos verdes? Debes tener cuidado, Mariana,
esto no es Nueva York. Aquí no está bien visto el robo de maridos.
CAPITULO EXCLUSIVAMENTE DEDICADO A DULCE QUE FUE LA UNICA EN FIRMAR! RECOMIENDEN LA NOVES!
CAPITULO EXCLUSIVAMENTE DEDICADO A DULCE QUE FUE LA UNICA EN FIRMAR! RECOMIENDEN LA NOVES!
ME SUPER MEGA ULTRA IPER SUPER ENCANTO EL CAPITULO AHORA DIGO QUE TARADO PETER PORQUE LA TRATA ASI ESPERO QUE AHIGA UNA RAZON
ResponderEliminarESPERO MAS CAPITULOS HOOYYYYYYYYYYYYYYYYYY PORQUE LA VERDAD PYPU QUE ESCRIBES INCREIBLE QUISIERA TENER ESE MODO DE ESCRIBIR ERES UNA GENIA
ResponderEliminarJAJAJAJAJ HAYYYYYYYYYY UN CAPITULO EXCLUSIVO PARA MI QUE EMOCIONNNN
ResponderEliminarBueno perdon por no firmar antes, no estube en casa y leo muchas noves...
ResponderEliminarMe gusto mucho el cap y quieroo maaas!!
Beso,Anto
Ya tienes mi firma en los demas caps d esta nove,perdon ,me entretuve demasiado viendo caps d CA,y al no tener blog,ni tw,ni nada, no se cuando posteas,d ahora en adelante,entrare todos los dias,como Anto ,leo muchas novelas, y algunas veces se me pasa.Ahora leere la k yo misma te pedi Salir del paraiso.
ResponderEliminarCuanto resentimiento tiene Peter.Si embargo Lali es d lo mas dulce.Intrigada x la situacion d ellos,y d como hara Lali para acercarse a Sophi,quizas sea la niña ,quien d el primer paso.
ResponderEliminarCreo que en esta historia hay bantante secretos, que me encantaria se supieran ya!!!
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