invité
a Agustin a encontrarnos en el parque
para hacer algunos pases. Estaba practicando tiro libre cuando se estaciona en
su Yukon.
—Te
ves como un tipo de mediana edad estando en esa cosa —dije. Él me da una falsa
mueca como si se sintiera insultado—. Es mejor que el carro que tú conduces.
—No
conduzco ninguno.
—Exactamente.
Nos
quedamos enfrentándonos el uno al otro. Digo lo que debe ser dicho. —Escucha,
respecto a ti y Luna. ¿Qué tal si lo llamamos una tregua?
—Me
parece justo.
Le
paso el balón. Él dribla el balón muy lejos de su cuerpo, así que yo lo empujo
y se lo quito.
—El
basquetbol aun no es lo tuyo, ¿cierto? —dribleo por la pista.
Agustin
arrastra los pies hacia delante y atrás,
siguiendo cada uno de mis movimientos. Cuando me detengo, sus brazos están
levantados y está listo para bloquear mi tiro. —Llévame a un tapete de lucha y
te pateare el trasero.
Hago
un tiro. Rebota fuera del aro y Agustin toma el balón.
Agustin
es un jugador ansioso. Corre a través de
la pista y lanza demasiado rápido, fallando la cesta por una milla de
distancia. El balón aterriza en la grama. Yo vuelvo a poner el balón en juego.
—Eres un peso liviano, Bri —digo—. Te inmovilizaría en menos de un segundo.
—Pon
tu dinero en lugar de tu boca, grandote, mañana después de la escuela.
Rodeo
a Agustin y hago una fácil anotación.
—Tengo que trabajar.
Él
agarra el balón. —Dices eso, pero nunca dices donde. Los rumores dicen que eres
homo y te encuentras con tu amante después de la escuela. ¿Es él quien te ha
hecho esos morados en el rostro?
Mis
músculos se comienzan a tensionar. —No me salgas con esa mierda.
Agustin
comienza a driblar alrededor de la
cancha, sus ojos en la cesta. —¿Por qué? ¿Vas a amenazarme como amenazaste a
Drew?
Agustin
tira y el balón, encesta. Esta vez yo
sostengo el balón bajo mis brazos parando el juego. —Él estaba intentando
sacarme de quicio y tú lo sabes —mi viejo amigo cruza los brazos sobre el
pecho.
—Has
cambiado, Peter. Ya ni siquiera te conozco. Esto no tiene nada que ver con Luna.
—Eso
es pura mierda. Sigo siendo la misma persona.
Él
se ríe. —Estas a la defensiva. Todo el mundo lo sabe, excepto tú. Esa es la
parte escalofriante.
No, la parte escalofriante es que la gente no
se da cuenta cuanto han cambiado ellos.
—¿Así que todo el mundo sigue igual excepto yo?
—No,
viejo. Todo el mundo ha cambiado, nadie sigue igual. Tú eres el único que no
logra aceptarlo. Ya no eres un estudiante de segundo año, ya no estás saliendo
con Luna, ya no eres el semental de la lucha. Eres un tipo malo, un amenazante
ex convicto.
Le
mostrare un amenazante ex convicto. Driblo el balón por la cancha, y cuando Agustin
se mete en mi camino lo empujo antes de
hacer el tiro.
—¡Foul!
—grita Agustin .
—Dijiste
que aceptara ser un tipo malo, un ex convicto. Solo estoy aceptando la sugerencia.
Le
tiendo una mano. Él me da una mirada desconfiada, luego agarra mi muñeca
mientras lo levanto. Yo anoto otras tres cestas y recupero dos de los rebotes
de Agustin .
—¿Sabes
que es lo que necesitas? —dice Agustin mientras se limpia el sudor de la frente.
—¿Un
nuevo mejor amigo? —sugiero.
—No.
Necesitas una novia. Nombra una chica que pienses que este buena. Solo dame un
nombre.
—Mariana
Esposito.
—No,
en serio. Nombra una chica.
—Hablo
enserio.
—Hombre,
eso es enfermizo. Fuiste a la cárcel por culpa de ella.
—Soy
bastante consciente de eso.
—
¿Me estás diciendo que estas caliente por Mariana Amstrong? ¿Tu vecina? ¿La
chica que camina raro porque le atropellaste la pierna con tu coche?
—Agustin
, estas comenzando a actuar como Drew.
Agustin
se ve confundido mientras trata de
comprender lo que acabo de admitir en frente de él. Luego rompe en risas. No
puede detenerse y se cae al suelo en su histeria, cogiéndose el estomago. —¡Eso
es… comiquísimo! —grita cuando logra respirar—. Oh Dios mío no puede ser cierto…
—dice, luego vuelve a reírse histéricamente.
Yo
estoy considerando seriamente patearle el trasero justo ahora. Pero este no es
Vic o Drew, es Agustin . Tomo el balón y me dirijo a casa, pero no sin antes
decirle a Agustin que se vaya al
infierno.
Nadie
está en casa; tengo la casa para mí solo. Quiero gritar al tope de mis
pulmones, pero cuando estoy a punto de hacerlo suena el timbre. Agustin es un idiota si es tan estúpido de venir a
casa a reírse en mi cara otra vez. Tal vez, después de todo, usare su cabeza
como bolsa de boxeo.
Pero
abro la puerta y mi ex mejor amigo no está parado enfrente a mí. Es Luna, mi ex
novia. Labios brillantes y todo lo demás. —Hola —dice.
—Hola.
—¿Están
tus padres en casa?
—Nop
—ella ya sabía que no estaban.
—¿Puedo
entrar?
Yo
abro más la puerta. Ella va directamente hacia arriba en dirección a mi alcoba.
Veo su espalda y mis ojos se enfocan en su tanga sobresaliendo por encima de su
short antes de seguirla.
Cerrando
mi puerta como siempre lo hago cuando estamos a punto de enrollarnos, me
recuesto contra la puerta y la miro. Pero esta vez no vamos a enrollarnos. Lo
sé. Ella obviamente, no lo sabe, puedo decirlo por la forma en que esta
vestida. Una camisa con un escote ridículamente bajo, juro que
sus
pezones están a milímetros del borde del cuello embobado. Y sus short revelan
mucho más de lo que alguna vez quisiera que una novia mía revelara. Pero ella
no es mi novia, es la novia de Agustin .
Luna
deambula alrededor de mi alcoba, toqueteando con sus dedos mi escritorio, mi
closet, y mis estanterías de libros. Cuando levanta mi sable de luz y lo
enciende, estoy tentando a decirle que no lo toque.
—¿Cuándo
vas a deshacerte de todos estos juguetes? —pregunta, agitándolo en el aire. Yo
no respondo.
Suspirando
dice —Se que Agustin te conto sobre él y
yo. Pero aun te amo, lo sabes —ella cierra la distancia entre nosotros, tan
cerca que alcanzo a oler sus labios de cereza. Los lame y se inclina para un
beso.
Yo
aparto la cabeza lejos de ella. —¿Qué? ¿Un solo novio no es suficiente para ti?
—Los
quiero a ambos.
—Se
ha terminado, Kend. Más que terminado.
—No
lo está y tú lo sabes. Porque… y sé que esto suena egoísta, pero es cierto… no
quiero que nadie más te tenga.
—Termina
con Agustin . El tipo quiere casarse contigo.
Ella
se ríe. —Mis padres piensan que él es bueno para mí, así que les sigo el juego.
Además, necesito un novio con el que pueda estar en público. Pero tú puedes ser
mi novio privado, JP
—Eso
nunca va a pasar.
—¿Quieres
apostar? —da un paso hacia atrás, apuntándome con el sable, y empuja la
desafilada punta contra mi garganta. Una malvada sonrisa cruza por su boca—.
Puedes ser mi pequeño secreto. Te gusta guardar secretos ¿no es cierto Peter?
Mi
pulso se acelera, y el ambiente en el cuarto cambia en forma instantánea. Un
pensamiento arde en mi mente… ella lo sabe.
—¿Qué
quieres? —digo sin alterar la voz.
—JP,
no parezcas tan triste. Solo te quiero a ti, —dice ella, luego baja el sable y
va por otro beso.
Esta
vez yo no me aparto de ella.
nooooo porfavor que o peter no ciaga con luna de nuevo jaajjaja porfavor mira vos se le hace linda lali esque es linda dale quiero mas novela mi diosa personal te amo
ResponderEliminardulce
Esta mas buena la novelas!
ResponderEliminarMe encantaaaa :)
ResponderEliminarEspero mas!
Un beso
Ya estoy deseando k el tonto d Agustin,se entere k su novia es una pu.......
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