TREINTA y
seis horas después, mientras bajaba del avión en Heathrow, Mariana sentía que
la angustia se había apoderado de ella. Una breve llamada a su agente para
explicarle la situación, le permitió cancelar algunos compromisos y posponer
otros. Lo cual, según su agente, era una muestra de que se encontraba en el
mejor momento de su carrera..
Hacía más
frío en Londres que en Nueva York. Para ahorrarse un complicado viaje en tren,
Mariana decidió ir a Little Martin en taxi. El taxista levantó las cejas
cuando le explicó a dónde quería que la llevase. Sabía que la tarifa sería astronómica,
pero esa era la menor de sus preocupaciones por el momento. ¿Había hecho lo
correcto? Sólo el tiempo podría responderle. Había actuado de manera
impulsiva, dejándose llevar por sus sentimientos, más que por la lógica.
Sophie no la conocía y era tonto creer que la niña respondería al verla, cuando
no quería o no podía hacerlo con su propio padre.
Cerró los
ojos y se reclinó en el asiento, sin notar que el conductor la miraba con
atención por el espejo. Sus ropas eran sencillas, pero no ocultaban su valor,
el taxista se preguntaba qué sería lo que la hacía ir a un lugar tan remoto con
tanta prisa. No llevaba puesto ningún anillo.
Eran las
tres cuando el taxi la dejó frente a la casa de Peter. No supo a qué otro sitio
dirigirse y como Tom Smith le había dicho que Peter la estaría esperando, pensó
que hacía lo correcto. El agente de bienes raíces tenía las llaves de la casa
que había heredado de su tía. Mariana había pensado recogerlas después de ver a
Sophie.
La casa de
su tía había estado alquilada, pero los últimos inquilinos hacía tiempo que se
habían ido y ahora estaba vacía. Poder disponer de la casa era perfecto, pensó
Mariana. Le permitiría estar cerca de Sophie, mientras decidía lo que hacer.
Su llamada a
la puerta no obtuvo respuesta y, mientras esperaba que alguien apareciera,
reconoció que parte de su tensión se debía al hecho de que se encontraría con Peter.
La casa
parecía desierta y volvió a llamar. Le preocupó no obtener ninguna respuesta.
Tom le aseguró que Peter estaría allí. Quería verla antes de que se
entrevistara con Sophie. Suspiró y asió el picaporte de la puerta, con gran
sorpresa, Mariana se dio cuenta de que la puerta estaba abierta.
En el
momento en que entró en el vestíbulo, los recuerdos la invadieron. Había
visitado aquella casa en compañía de sus tíos, pues eran íntimos amigos de los
padres de Peter. Pero la mayor parte de sus recuerdos eran los breves momentos
en que había estado allí, a solas con Peter. Fue en ese vestíbulo en donde la
besó por primera vez un día que fue a llevar un mensaje de su tía. Peter la
había cogido por sorpresa y ella estaba tan asombrada que no pudo resistirse.
Él también parecía un poco sorprendido, pero se recobró con rapidez e hizo un
comentario acerca de que era demasiado hermosa. Ese había sido el comienzo...
Suspiró y
con ansiedad recorrió con la mirada la habitación. ¿En dónde estaba Peter? Lo
llamó y tembló al hacerlo. Su vestido de seda era adecuado para Nueva York,
pero no para Inglaterra. Mariana sentía frío, a pesar de que estaban en el mes
de junio.
La puerta del salón estaba medio abierta y, como atraída por una fuerza
superior, caminó hacia allí. Había sido en esa habitación donde sus sueños
habían sido destruidos. Como una sonámbula entró y se sorprendió al ver lo
poco que había cambiado. Natalie odiaba la decoración tradicional de la casa y Mariana
esperaba encontrar todo cambiado. El sol entraba por las ventanas e
iluminaba al hombre que estaba dormido en el sofá. Mariana se detuvo de pronto,
sin poder respirar.
Sentía que
el aire le quemaba la piel, como si alguien se la hubiera arrancado y quedara
expuesta a un dolor insoportable. Ver a Peter era mil veces peor de lo que
había imaginado e importaba poco que él no hubiera notado su presencia, ya
que, al parecer, estaba dormido.
Mariana se
dio cuenta de que la coraza que había construido, durante aquellos años, para
protegerse de Peter, era falsa.
El cabello
negro y ondulado de Peter aún no tenía canas y su cuerpo delgado parecía fuerte
incluso dormido. Unas arrugas que Mariana no conocía rodeaban sus ojos
cerrados. Y en su boca se veía un cinismo que antes no existía. Su cara era la
de un hombre que había sufrido una gran desilusión, y en vez de sentirse
contenta por esto, le dolió el corazón. Habían estado separados siete años y
sólo Dios sabía por cuántos kilómetros, pero al mirarlo, su reacción fue tan
intensa y dolorosa como lo fue en el pasado.
No era
posible que aún lo amara, eso era ridículo... Era sólo la impresión de verlo lo
que había causado esa reacción... Debía recordar que él no era ni había sido
nunca el hombre del que se había enamorado. Mariana le había otorgado
cualidades y virtudes que Peter desconocía.
Sin darse
cuenta de lo que hacía, se acercó a él. El cansancio aparecía en las facciones
de Peter. Al caminar, golpeó algo y bajó la vista, encontrándose con una
botella de whisky medio vacía y una copa. ¿Había estado bebiendo Peter? Frunció
el ceño y después se dijo que era un hombre cuya esposa se había suicidado
hacía poco tiempo y que, amara o no a Natalie, en su interior tendría
sentimientos de dolor y culpa. Él se movió y el cojín en el que tenía apoyada
la cabeza se cayó al suelo.
Inconscientemente, Mariana se inclinó para cogerlo y se acercó al borde del
sofá. Sus dedos rozaron la mano de Peter y él la apartó como si el contacto
le quemara. Tenía la camisa abierta y pudo ver el vello que oscurecía su piel,
más grueso de lo que recordaba o quizá sería que cuando tenía diecinueve años
se fijaba menos que ahora en la sexualidad masculina.
Su corazón
comenzó a latir con fuerza por el pánico. Había empezado a retirarse, cuando
los dedos de Peter se cerraron alrededor de su muñeca. Aún tenía los ojos
cerrados y la frente fruncida. Su pulgar acariciaba su muñeca y Mariana no
sabía qué la impresionaba más, si sus caricias o su respuesta a ellas. Él todavía
estaba dormido y ella se dejó caer de rodillas a su lado, tratando de soltar
sus dedos sin despertarlo.
La ira y el
enfado hicieron que Mariana se sonrojara. Durante siete años había aprendido a
defenderse de situaciones como ésta y aquí estaba, avergonzada como una
adolescente, sólo porque un hombre dormido sostenía su mano.
Con
amargura, reconoció que Peter no era cualquier hombre y que su turbación y
dolor eran producidos no por el hecho de que la estuviera tocando, a pesar de
lo sorprendente que era su reacción por este hecho, sino porque sin duda él
creía que era otra persona, tal vez Natalie o quizá otra mujer. Mariana comprendió
que no podría soltarse sin despertarlo. Controló su enfado y, con la mayor
tranquilidad que pudo, se acercó a Peter. Le tocó un brazo y, al sentir la
suave firmeza de su piel, una sensación indescriptible recorrió su cuerpo.
En ese
momento, él abrió los ojos. Mariana había olvidado lo fascinantes que podían
ser, a veces eran de color marrón oscuro, y otras dorados y brillantes como el
topacio. Peter la miró directamente a los ojos.
—Mariana...
—sonrió y los dedos de su mano libre se deslizaron por su cabello. Sintió que
la atraía hacia él y como estaba muy sorprendida no se resistió; cerró los ojos
y entreabrió los labios, anticipando el beso. Parecía que nunca se había
alejado de allí. Su beso fue tierno y poderoso. Sintió que tenía otra vez
diecinueve años y que al mismo tiempo que lo deseaba, temía ese deseo.
Su beso le
dijo que él sabía todo eso y lo entendía.
Mariana
apenas tuvo tiempo de reaccionar. De pronto, el abrazo de Peter se hizo más
intenso y, con los ojos fijos en ella, se apartó. Mariana parpadeó y, con más
lentitud que él, consiguió distinguir el presente del pasado. Comprendió que
cuando Peter la besó no era consciente de lo que hacía.
—Por fin has
venido —la soltó y se puso de pie, mientras ella permanecía arrodillada en el
suelo—. Supongo que debemos sentirnos honrados, pero estoy seguro de que nos
perdonarás por no haberte preparado un gran recibimiento. ¿Qué te hizo volver,
Mariana? ¿La culpa, la curiosidad?
como lo podes dejar asi pupy queres que te mate nena me subis yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa otro capitulo te ruegoooooooooooooooooooooooooo
ResponderEliminarno no no no no lo podes dejar ahi quiero minimo 35 capitulos mas no tenes una idea de lo hermoso que escribes pupy eres una geniaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarno sabes lo que estoy esperando el otro capitulo me tenes desesperada nena quiero mas novelaaaaa hermosaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminary que tenga capitulos hermosossssssss quiero saber como sera la niña con lali quiero todo yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarquiero saber si peter amaba encerio a lali y si fue la prima de lali le puso algoooooooooooo a peter para que pasara lo qu pasoo quiero saber siiiiiiiiiiiii todavia peter ama a lali
ResponderEliminarquiero mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas novelaaaaaaaaaaaa porfiiiiiiiiiiiiiiis
ResponderEliminarAMOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO TU NOVELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA QUIERO MASSSSSSSSSSSSSSSSSSS
ResponderEliminarQUIERO OTRO CAPITULO PUPYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY HERMOSAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA DE MI CORAZON
ResponderEliminarQUIERO MAS NOVELA HERMOSA QUE ESCRIBIS
ResponderEliminarATTE: LA LOCA QUE ESTA FIRMANDO DESESPERADAMENTE POR MAS NOVELA
PD: QUIERO MAS NOVELA TE LO RUEGO IMPLORO MAS NOVELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
ResponderEliminarLali aun enamorada d el ,su coraza se hizo añicos.K aspero e ironico k esta Peter.
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