Mariana se ruborizó.
—Tal vez prefiero mi independencia y no sentirme ligada a ningún hombre.
—Pero no negarás que es posible que algún día llegues a sentirte «ligada»
a un hombre, como tú dices.
—Es posible —sonrió—, pero no probable.
Mariana contuvo el aliento, esperando ver su reacción y se sintió aliviada
al oír que la señora Lancaster lo llamaba.
—Dame a Sophie —Mariana extendió los brazos hacia la niña. Cuando él se la
pasó, sus manos se tocaron y ella se estremeció.
En cuanto él salió, Mariana corrió hacia la puerta y la cerró con llave.
Ahora podía estar tranquila.
Tan pronto como pudiera, se iría de Little Martin y se llevaría a Sophie. Peter
comprendería que eso era lo mejor, tenía que comprenderlo. Sarah estaría de
acuerdo con ella.
Fue reconfortante despertarse y sentir el cuerpecito de Sophie acurrucado
contra ella. Cuando la señora Lancaster llamó a la puerta, Mariana se turbó un
poco porque no podría evitar que se diera cuenta de que se había encerrado con
llave.
—Peter dijo que las dejara dormir —llevaba una bandeja con té—. Acaba de
irse a la fábrica, pero volverá pronto. Va a llevar a Sophie al hospital de
Marton a las once.
Mariana decidió aprovechar que Peter no estaba para llamar a su agente. Él
podría aconsejarle la mejor firma de abogados que podría contratar. Sintió
miedo al pensar que Sophie podía ponerse en contra suya por alejarla de Peter.
Esperaba que no fuera así.
La pequeña habló mucho durante el desayuno.
—Nunca creí que llegaría el día en que no quisiera oír hablar a Sophie,
pero en este momento... —dijo riendo la señora Lancaster, que en ese momento
recogía el desayuno.
—Parece que ha recobrado la voz con mucho vigor —dijo Mariana, mientras
metía los platos en el lavavajillas—. Siento haberla asustado ayer. No sé por
qué Sophie pensó que me había ido. Sólo salí a comer con... con alguien.
—Oh, está bien. En realidad, fue Peter quien pensó que se había ido.
Parecía capaz de asesinar a alguien cuando volvió y se encontró con que no
estaba. Si Sophie no hubiera estado aquí en la cocina conmigo cuando él entró
diciendo que se había marchado, a ella no se le habría ocurrido pensarlo. Por
supuesto que se sintió desilusionada cuando volvimos de hacer las compras y no
la encontró.
—Debí dejar una nota.
—Bueno, ya pasó todo.
Mariana decidió no estar presente cuando Peter llegara
para llevar a Sophie al hospital. Deseaba ir con ellos, pero él no se lo había
pedido y, además, no estaba segura de poder soportar su compañía.
A pesar de lo que había planeado, Mariana no pudo hablar con su agente,
porque las líneas estaban saturadas. Tendría que esperar hasta el día
siguiente.
Hacía las seis de la tarde, Mariana oyó llegar el coche de Peter y bajó
corriendo a recibirlos.
—El doctor Hartwell ha dicho que yo era un milagro —le
contó Sophie con orgullo—, y que mi voz no se parecía a la de un ratón.
—También ha dicho que tienes que descansar —le recordó Peter.
—Yo la llevaré arriba —se ofreció Mariana.
Al mirar a Peter, Mariana notó arrugas de cansancio y pena alrededor de
sus ojos. Siempre le había parecido fuerte y vulnerable y le sorprendió ver a
un hombre agotado y débil. Deseó acercarse a él, colocar su cabeza sobre su
pecho y consolarlo. Para combatir esa debilidad momentánea, cogió la mano de
Sophie.
Cuando llegaron a la habitación de la pequeña, Sophie le pidió que le
leyera un cuento porque no estaba nada cansada; pero a los diez minutos se
quedó profundamente dormida.
Mariana se asustó al ver que Peter estaba de pie en la puerta,
observándolas. ¿Cuánto tiempo llevaba allí? Su corazón latió con fuerza. Se
puso de pie.
—Te preocupas por ella, ¿verdad? ¿Qué se siente al saber a qué has
renunciado?
—Sólo tengo veintiséis años, Peter. Aún me queda mucho tiempo para tener un
hijo, si quiero tenerlo.
—Primero tienes que encontrar a un hombre —pronunció las palabras de manera
casi insultante. Mariana no quiso recordarle que en la actualidad una mujer sin
pareja podía tener un hijo gracias a la inseminación artificial. Pero
respondió:
—No es necesario, tú...
—¿Yo qué? —entendió mal su comentario—. ¿Puedo haberte dejado embarazada?
Si así es, no te quedarás con él. Ningún hijo mío va a ser educado por...
—¿Por quién? —le gritó, tan enfadada como él—. ¿Por alguna mujer cuya
prima fue una ninfómana? ¿Qué sucede, Peter? ¿Temes que yo haya heredado las
mismas tendencias que Natalie, que pueda corromper a mi propio hijo?
Apenas si podía comprender su propio dolor, sólo sabía que había surgido al
ver la ira en los ojos de Peter, cuando pensó que podía haber concebido un hijo
suyo. ¿La despreciaba tanto? Recordó a Sophie, la miró y confirmó que la
pequeña aún dormía. Pasó junto a Peter y, con paso firme, se dirigió a su
habitación. Se dejó caer en la cama con ganas de llorar, pero no pudo hacerlo.
Cuando la puerta se abrió y Peter entró, apenas si pudo creer lo que sus
ojos veían.
—Huyes otra vez, Mariana —su voz se oía extraña, ronca, como si le costara
trabajo pronunciar las palabras—. Bueno, esta vez no podrás huir. Sólo
contéstame con sinceridad, ¿nunca te arrepentiste de lo que hiciste? ¿Nunca
deseaste, durante un segundo, no haber puesto tu preciosa carrera primero?
¿Por qué volviste, Mariana?
—Tú sabes por qué... Soy la tutora de Sophie.
—Y eso te hizo volver, un lazo muy tenue con una niña que nunca habías
visto. Esa no es la Mariana que yo conozco. Ella nunca permitió que los
sentimientos la apartaran de su meta.
—¡Eso no es verdad!
—¿No lo es? Entonces, ¿por qué me dejaste sin una sola palabra de pesar?.
—¿Después de todos estos años, sigues dolido por eso? —Mariana apenas podía
creer lo que oía. Jamás pensó que fuera tan egocéntrico. No la había amado,
había planeado casarse con otra y ahora, después de seis años, expresaba una
gran amargura porque se fue sin decirle cuánto sufría—. Me sorprende que aún lo
recuerdes.
—Oh, lo recuerdo muy bien... así como recuerdo cada hora de la pesadilla
que ha sido mi vida desde entonces. ¿Sabes lo que fue estar casado con Natalie,
preguntándome a cada momento lo que haría? Cuando Sophie tenía seis semanas,
Natalie trató de asfixiarla —Mariana se puso blanca—. Oh, sí, nunca amó a Sophie,
nunca la quiso. Yo tenía que vigilarla como un halcón, y después hubo
hombres... nunca un hombre sólo, hasta...
—Hasta que conoció a John. Ayer comí con él y me contó todo. Yo no soy
Natalie, Peter —dijo con suavidad, viendo sus pensamientos reflejados en sus
ojos—. La noche del accidente, Sophie habló y quise contárselo a John; pero él
me dijo mucho más de lo que esperaba oír —deseó con desesperación preguntarle
por qué se casó con Natalie, pero no tenía derecho—. Debes saber que quiero
que Sophie venga a vivir conmigo.
El furioso sonido que salió de la boca de Peter hizo callar a Mariana.
—Tú crees que puedes llevarte todo, ¿no es así? Pues no tendrás a Sophie.
—No es tu hija y Sarah no la quiere.
—¿Sarah? ¿Y qué tiene ella que ver en todo esto?
—Oh, vamos, Peter —se enfadó—. Sarah me ha contado que os vais a casar.
Según ella, Natalie se suicidó porque le pediste el divorcio. Ella no quiere a
Sophie, tú debes saberlo. Tendrás otros hijos, pero Sophie lleva mi sangre.
Puedo darle mucho y
la amo.
el prox es el ultimo besoooooo
Y salto la verdad!!!!
ResponderEliminarAaaaaah quiero más noveee
ResponderEliminar:O QUIEROO EL FINAAL!! Coomoo odio q Lali le creea a esa taradaaaa!!
ResponderEliminarMAAAAAS!!
Beso,Anto
masssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss
ResponderEliminarnoveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarmassssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss
ResponderEliminarnoveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarBien Mariana,k el compruebe lo equivocado k esta,yk los dos sufrieron x las mentiras d Natali.Pobre Sophi,fue la mas perjudicada d la loca d su madre.
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